La exhibición de ocho de los detenidos por la operación Pretoria a las puertas de la Audiencia Nacional ayer de madrugada, esposados y recogiendo, algunos con dificultad por cuestiones de edad, las bolsas de basura azul que guardaban sus pertenencias desató una reacción de rechazo en Cataluña. De todas, quizás la imagen más denigrante fue la del histórico dirigente de CiU de 70 años Lluís Prenafeta agarrando con las manos esposadas el pantalón para evitar que se le bajara porque como a cualquier detenido se le despojó del cinturón.

¿Eran necesarias las esposas? ¿Y la exhibición? Tanto en la Audiencia Nacional como en el Ministerio del Interior se aseguró ayer que la polémica imagen no fue un acto de mala fe. La furgoneta en el que fueron trasladados los detenidos era demasiado grande y no cabía en el párking. Desde Interior defendieron que los arrestados descendieran esposados del furgón, sin entrar en cuestiones de edad, peligrosidad o delitos. Sin embargo, solo llevaron las esposas al bajar del vehículo, pues al entrar en la Audiencia se las volvieron a quitar.