Pedro Sánchez, un problema para la seguridad nacional'. Así de contundente se muestra el exgeneral Fulgencio Coll, jefe del Ejército de Tierra del 2008 al 2012, desde el mismo título de su artículo en la edición balear de 'El Mundo', donde carga contra el líder socialista por las negociaciones que está llevando a cabo para concretar su investidura. El actual portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Palma de Mallorca incluso propone que, en virtud del artículo 102 de la Constitución, a iniciativa de la cuarta parte de los diputados y por mayoría absoluta del Congreso, sea acusado ante la Sala Segunda del Supremo "por traición o cualquier otro delito contra la seguridad del Estado".

Para Coll, el mayor problema de España es "que la conducta de una persona ponga impunemente en peligro la legitimidad institucional del Estado". Según él, Sánchez "busca una satisfacción personal sin reparar en que el daño institucional es evidente, pues va a negociar una reforma del Estado de contenido y alcance desconocidos con una minoritaria representación para quebrar el orden constitucional. Y ese es un comportamiento que no es legítimo, ni se puede consentir, de un presidente del Gobierno".

"Reforma del Estado de contenido y alcance desconocidos"

El ahora político de Vox, que afirma que "España está políticamente enferma desde hace años" y que "con Rodríguez Zapatero quien le nombró jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, con rango de subsecretario se abrió una época de políticos de segunda generación", sentencia que "los poderes del Estado" (no señala cuáles) "no deben permitir esta actuación lesiva y proceder a constatar si la conducta del candidato incurre en responsabilidad criminal. Estamos ante un problema de seguridad nacional", subraya.

Coll recuerda las protestas por la sentencia del 'procés' y acusa al dirigente socialista de "confundir una situación de insurgencia organizada con una alteración del orden público" y de poner "en peligro a los miembros de la seguridad del Estado para no caer en riesgos políticos" durante aquellos tumultos. Es más, asegura que su promesa de defender la Constitución es "opcional" y que utiliza "de medios y actos de Estado como propaganda electoral". Actos, según el exmilitar, de 71 años, que pueden considerarse "contra la seguridad del Estado".

Cuestiona la representación política del Congreso

Por todo ello, pide a "los partidos constitucionalistas, incluido el PSOE", que no faciliten la investidura de Sánchez, pues el cambio de legislación "para cumplir las condiciones de los sediciosos en alusión a ERC es más que una posibilidad". Y eso que cuestiona la legitimidad de la actual representación política del Congreso porque "un número desproporcionado de partidos con representación afecta a la legitimidad".