Shane O'Doherty, exjefe de explosivos del IRA, que pasó catorce años en la cárcel donde experimentó un "profundo arrepentimiento", cree que el fin de ETA es "muy posible", pero que al igual que en el conflicto irlandés la paz es "un proceso" que requerirá tiempo.

El norirlandés, que es autor del libro "No más bombas", donde explica su pasado y su evolución personal, ha hecho estas declaraciones en una entrevista concedida a Efe en el marco del congreso "Lo que de verdad importa", en el que también intervendrán el deportista extremo tetrapléjico Jorge Font y el rapero sevillano Haze, quien habitualmente realiza coloquios en centros de intoxicación, de reforma o institutos de Andalucía.

O'Doherty ingresó en el IRA con tan solo 15 años sin ningún entrenamiento previo en un momento en que la organización terrorista buscaba "jóvenes guerreros", e incluso llegó a luchar en primera línea de fuego.

Por este motivo, vio como amigos suyos murieron a manos de la policía, los soldados británicos o en accidentes, y ello, unido a la manifestación pacífica que se desarrolló en su ciudad, Derry (Londonderry para los protestantes), en 1972, en la que fueron asesinados quince civiles, hizo que todo en su mente cambiara.

Su desvinculación del IRA llegó durante los catorce años que pasó en prisión, un proceso que asegura que fue "muy difícil" y "peligroso", ya que muchos de sus excompañeros de filas no aceptaban su abandono, aunque reconoce que ya asumió que la violencia no era la táctica correcta cuando vio a sus víctimas en su juicio.

Desde entonces y durante todos esos años tuvo "mucho tiempo para pensar", su "conciencia católica" le "torturó" y descubrió que la estrategia que habían estado usando había "destrozado" su ideal y los derechos humanos.

Esa conciencia católica, afirma, era común a todos los miembros del llamado Ejército Revolucionario Irlandés y recuerda como, incluso, curas y obispos, que tenían acceso a las casas secretas de las que disponía el grupo armado, acudían allí para decirles que detuvieran la guerra.

Si bien Shane O'Doherty duda de que pueda haber ninguna paz permanente, sí que reitera que "la gran guerra ha terminado" y que, a pesar de que durante los primeros tres años sin violencia políticos o periodistas incidieran en que debían pedir perdón a las víctimas, esto solo se produjo con el tiempo y ahora todos reconocen que todo lo que hizo el IRA "estuvo mal".

"En Irlanda la paz fue un proceso", reitera, en el que el alto al fuego, la destrucción de las armas, el perdón a las víctimas o la colaboración con las autoridades para hallar a los desaparecidos se desarrolló paso a paso.

Así, el exmiembro del IRA valora que la banda terrorista ETA haya declarado un cese definitivo y permanente de la violencia, que a su juicio ya contiene un juicio implícito de que su táctica estuvo mal, pero advierte de que es "muy difícil" que el resto de los pasos, como el perdón a las víctimas se vayan a dar "de un día a otro".

En este sentido, considera positivo que surjan "partidos extremistas", como Bildu, que actúen como catalizadores para que las personas procedentes del entorno etarra comiencen a tener cabida dentro de la democracia.

Por ello, O'Doherty cree que la cultura y el mundo intelectual de Euskadi deberían estar condenando "abiertamente" el terrorismo porque es "muy triste" que se relacione la cultura o la historia vascas con lo que califica como "una pistola sin ningún cerebro".

Pero finalmente lanza un mensaje de esperanza porque él, 20 años después, se siente seguro de que Dios le ha perdonado. "Yo he sido perdonado", sentencia, aunque matiza que es imposible alcanzar una "paz justa" sin respeto a todas las víctimas.