En una formación de coordinadores, el 15 de diciembre del 2018 en Valdemoro (Madrid), el secretario de recursos de Vox, Víctor González Coello de Portugal, disertó sobre captación de fondos. «A la gente de mi equipo, y otras 30 personas, les dijo que debía ser ‘todo en A’», desvela José Carlos Rúa, extesorero y excoordinador de Vox en León. Pero el «todo en A» significaba que lo fuera, o que lo pareciera: «Dijo que si alguien no quiere figurar, su donación se pondría a nombre de otros, o el coordinador debía dividirla en partes e inscribirla a otros nombres».

Rúa -uno de los ejecutivos de Vox León que han dimitido por la influencia en las listas de Jaime Alonso, portavoz de la Fundación Francisco Franco- apunta que puso reparos a estas prácticas. «Y me hice incómodo en el partido. Algunos preferían que no me enterara de algunas cosas», cuenta, para añadir: «Vi donaciones a mi nombre que yo no había hecho, pero que se me asignaban a mí». El excoordinador en El Bierzo Rafael León, corrobora el relato señalando al cesado presidente de Vox en la provincia, Carlos Portomeñe: «En julio y agosto del 2018 me dijo que, si no había más remedio de que la donación fuera anónima, que pusiéramos nuestros nombres para inscribirla».

Ha sido en vano el intento de este diario por conseguir la versión de Víctor González Coello de Portugal, que rechaza hacer declaraciones. Portomeñe sí ha contestado, y para negar como «absolutamente falso y miserable» el relato de sus exsubordinados. «Nunca se camufló ninguna donación. Todo el dinero que, puntualmente, se nos ofreció como anónimo fue rechazado».

Rúa y León ponen voz a lo que solo en off the record cuentan otros dirigentes enfrentados con la dirección nacional. Algunos relatan, además, otras peticiones de influencia a afiliados de peso. «En una reunión con militantes, Javier Hornos, el presidente de la gestora, nos pidió que presentáramos al partido a empresarios que pudieran colaborar. Nos decía: ‘Somos un partido que empieza y necesitamos dinero’», relata Paloma Zorrilla, abogada y exmilitante navarra. Fue el 25 de enero, en el hotel Tres Reyes de Pamplona.

POR WASAP / Confirma el interés de Vox un wasap de Portomeñe al que ha tenido acceso este diario. En octubre contó al Comité Ejecutivo Provincial: «Jaime Alonso nos va a ayudar también en la parte económica (...) me reuniré con empresarios que quieren apoyar a VOX para los recursos de la campaña».

Alonso, número dos del ente franquista, figura también en una petición de medidas cautelares presentada al juzgado por la antigua ejecutiva de León, que describe a Alonso como «donante en cuantías máximas permitidas por la legislación». Fuera de campaña electoral, 50.000 euros.

En Madrid, en otro curso sobre financiación celebrado en el 2018, fue más escrupuloso el secretario general autonómico, Javier Pérez, cuenta un asistente: «Nos dijo que, si nos llegaba una donación, cogiéramos nombre y DNI y que no aceptáramos nada anónimo». Pero la realidad atropella a la norma en los cientos de mesas que Vox instala para atraer afiliados y vender propaganda. «Las donaciones, sistemáticamente, no se inscriben -relata esta fuente-. Si te viene alguien con diez euros, te dice: ‘¿Por diez euros me vas a andar anotando?’”.

Es el menudeo del merchandising. Solo Madrid distribuye los pines, banderolas, globos, bolígrafos, pulseras y relojes oficiales. Y a Madrid han de dirigirse los coordinadores locales para abastecerse, y pagando. No figura el IVA en la venta final.