A última hora de la mañana de ayer fueron dados de alta los dos vecinos de Vitoria heridos por la explosión, la pasada medianoche, de un artefacto casero de gran potencia contra una oficina del BBVA. Todas las fuerzas políticas condenaron el ataque y la portavoz del Gobierno vasco, Miren Azkarate, alertó de la posibilidad de que este tipo de atentados puedan producir muertos, por lo que pidió a la sociedad que exprese su rechazo a la violencia de baja intensidad.

Luis M. R., de 49 años, y su esposa, María Jesús V. R., de 48, ambos de Valladolid, se salvaron de milagro. El artefacto, compuesto por bombonas de camping gas y pólvora, estaba situado ante el cajero de la oficina de la plaza Gregorio Altube. "Salté en la butaca", relató ayer una vecina del inmueble. Todos los residentes del edificio fueron desalojados a medianoche. Acogidos en un bar próximo, la Ertzaintza les permitió volver a sus domicilios tras descartar riesgos.

Los heridos quedaron ingresados en el hospital con quemaduras de primer y segundo grado, y abandonaron el centro a última hora de la mañana.

MAS QUE ´KALE BORROKA´ La policía vasca descartó que el atentado fuese obra de ETA y lo atribuyó a los jóvenes radicales. No obstante, el presidente del PNV en Alava, Iñaki Gerenabarrena, aseguró que el ataque era ya "algo superior" a lo conocido como violencia callejera y que podría pretender "reventar" el proceso de paz.

Agregó que la potencia del artefacto entrañaba un serio peligro. "A alguien se le va de las manos", alertó, recordando que puede pasar lo mismo que durante la tregua etarra de 1998, cuando la kale borroka se utilizó para presionar a la sociedad con una forma de violencia menor.

Hace poco, el Gobierno vasco advirtió sobre el riesgo de que la sociedad vasca se acostumbre a este tipo de atentados. Por eso, la portavoz del Ejecutivo reclamó ayer que no se toleren estas actuaciones y Gerenabarrena advirtió a los violentos de que "están jugando con fuego".