Respuesta por persona interpuesta. El presidente del PP, Mariano Rajoy, no dijo ayer ni una palabra sobre el severísimo juicio que el pasado sábado realizó sobre él José María Aznar, su antecesor al frente de los populares. Pero el dirigente del partido en Galicia, Alberto Núñez Feijóo, que compartió acto público con Rajoy, sí puso voz a la réplica al elogiar la oposición "responsable, seria, de firmeza y de grandeza" que, a su juicio, está llevando aquel.

Aznar había criticado abiertamente el estilo de su sucesor al afirmar que en la política "no se está para empatar ni para heredar, sino para ganar". Frente a un auditorio entregado, formado por las Nuevas Generaciones, (las juventudes del PP) de Madrid y en presencia de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, Aznar aleccionó a su partido sobre cómo debe recuperar el poder que los socialistas les arrebataron tras los atentados de Madrid. Primero, advirtió, es imprescindible ejercer una buena oposición para, a su vez, construir una buena alternativa. Una alternativa que para Aznar debe formularse sin concesiones, sin complejos, desde el liberalismo sin matices.

DEFENSOR INCONDICIONAL Después de estas invectivas, ayer fue el proclamado candidato de los populares en las próximas elecciones gallegas Núñez Feijóo, quien contestó implícitamente a Aznar en un mitin que reunió a unas 7.000 personas en Santiago de Compostela. Y sus palabras sobre la oposición "responsable, firme y de grandeza" del presidente del PP contrastaron con el estilo de oposición dura y sin concesiones que sigue reclamando Aznar en cada una de sus intervenciones públicas. Núñez Feijóo es uno de los dirigentes territoriales que más claramente han ofrecido su apoyo a Rajoy frente a las voces críticas que cuestionan el actual rumbo de la dirección del PP que resultó elegida en el congreso de Valencia.

Pero la atención del acto público de ayer en Santiago de Compostela estaba centrada en el discurso de Rajoy. El presidente del PP optó por no decir nada que pudiera interpretarse como respuesta o réplica al expresidente de su partido. Rajoy optó por mantener su tono habitual de reproches al Gobierno y a José Luis Rodríguez Zapatero.

El presidente de los populares se centró en criticar al jefe del Ejecutivo por el aumento de la tasa de paro y especialmente ante la posible participación de la empresa rusa Lukoil en la petrolera Repsol. "No lo vamos a aceptar", sentenció Rajoy, quien dio a entender que para Rusia este sector es "un instrumento de poder y para hacer política".

El líder conservador se preguntó si el presidente electo de EEUU, Barack Obama, o el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, pondría en manos de una empresa rusa el suministro energético de sus países. "El problema es que en este país tenemos a otro", razonó en alusión a Zapatero. Rajoy estiró el filón de Repsol y aseguró que lo peor de la gestión del jefe del Ejecutivo es que sus decisiones se reducen a "parches, ocurrencias, genialidades y anuncios de medidas, medidas y más medidas".