El gesto despectivo que el expresidente del Gobierno José María Aznar dedicó el pasado jueves a un grupo de estudiantes que le increparon en la Universidad de Oviedo sigue trayendo cola. Después de cuatro días de intenso debate sobre el talante que mostró Aznar al responder a sus detractores con una peineta , ayer fue el presidente del Gobierno gallego, el popular Alberto Núñez Feijóo, quien terció en la polémica. Y lo hizo para pedir respeto a las "decisiones" de Aznar y para invocar los orígenes grecolatinos de tan controvertido gesto.

"Es un gesto admitido en civilizaciones que han sido cuna de conocimientos, como Roma o Grecia", subrayó el mandatario gallego en un coloquio en Bilbao. Sin embargo, mostrar el dedo corazón en las civilizaciones clásicas ya tenía entonces un significado obsceno.