Ni una sola vez llamó a José María Aznar por su nombre. Pero "él, estos señores" o, en el mejor de los casos, "este Gobierno" fueron utilizados constantemente por Felipe González como recurso para trufar su análisis geoestratégico sobre las consecuencias de la guerra de Irak --el panorama que dibujó fue apocalíptico-- con un ácido contrapunto humorístico al más puro estilo del expresidente. El papel que reservó a su sucesor en la "pax americana" que se avecina fue el de mero "recadero" de George Bush.

Alusiones como ésta al presidente Aznar provocaron los aplausos de las mesas instaladas en las salas adyacentes, que tuvieron que habilitarse para ubicar a los más de 500 comensales que acudieron a escuchar al expresidente. El foro de debate Tribuna Barcelona superó así el récord batido el pasado 3 de febrero por el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, que atrajo a 420 personas. Ayer, apenas se oía el tintineo de los cubiertos.

"NO SOY UN PACIFISTA"

Una disertación que en algún momento fue tan provocadora como pragmática. "No soy un pacifista. Me tomo en serio la paz y sé que se fundamenta en la seguridad. No estoy en contra de las guerras, estoy en contra de guerras estúpidas", clamó el expresidente socialista basándose en que "Estados Unidos no respeta a quien no se hace respetar".

En cuanto se refería al papel de España en la crisis de Irak, Felipe cambiaba de registro. El tono trascendental dejaba paso a su afilada ironía. "La opinión del Papa sólo es seguida en materia de divorcio o de aborto. En la guerra es una opinión como cualquier otra", ironizó en referencia a los oídos sordos que ha hecho Aznar ante la beligerancia del pontífice Juan Pablo II contra la guerra desatada en Irak. "Cuando va a verle le trata como una persona de la tercera edad a la que hay que cuidar", remachó.

ACENTO TEJANO

A la hora de definir la relación de Aznar --"tendrá acento tejano por mucho tiempo"-- con Bush fue inclemente. "Es verdad que España tendrá más peso en el Mediterráneo: sólo como recadero de Bush". Y contrapuso los intereses de éste --"su reelección, créanme"-- con la actitud de Aznar de "presumir de estar en contra del 90% de la opinión pública". Con la misma ironía ridiculizó al líder del PP por defender que su política es tan europea como la de Chirac: "Eso no se discute, también es europea la de Le Pen. Se discute si es europeísta".

Eso sí, Felipe González precisó que todo eso lo decía con la libertad que le da poder actuar incluso al margen de su partido. "Es el único capital que he adquirido", dijo. Esta vez evitó definirse a sí mismo como jubilado . Fue más sofisticado --y, tal vez mordaz-- y calificó a su estatus de Autonomía Personal Significativa (APS). Todo un lujo.