El pasado de la ministra Trinidad Jiménez ha puesto al Gobierno español en un brete sobre la crisis del Sáhara Occidental. El detonante ha sido la difusión de un vídeo de un acto prosaharaui del 2003 en el que la hoy titular de Asuntos Exteriores, que en aquel tiempo aspiraba a la alcaldía de Madrid, expresa con vehemencia su respaldo "a la autodeterminación del pueblo saharaui". Su posición de entonces contrasta con la actual tibieza del Ejecutivo con Marruecos respecto del conflicto.

"El PSOE quiere exigirle al Gobierno español, que preside el Consejo de Seguridad de la ONU, que tome una parte activa para atender esa reivindicación histórica y legítima del pueblo saharaui que pueda dar satisfacción al derecho a la libre determinación", proclamó Jiménez desde el escenario del acto, celebrado en Madrid hace siete años.

Ayer mismo, la ministra de Exteriores se mostró más condescendiente con Rabat en relación con la violencia que sacudió la semana pasada a la antigua colonia española. "Todavía no hemos tenido un recuento (de las víctimas) y un conocimiento exacto de lo ocurrido en El Aaiún", por lo que el Gobierno "no debe condenar en base a declaraciones o especulaciones hasta conocer exactamente cuáles son los hechos", manifestó en Lisboa tras reunirse con las primeras autoridades de Portugal.

"Lo más importante en este momento es acompañar a Marruecos, acompañar al Frente Polisario, que se continúen las conversaciones para poder lograr una solución justa y políticamente perdurable en el tiempo, aceptada por las partes", remachó la dirigente en rueda de prensa.