El régimen del presidente cubano, Fidel Castro, ha ofrecido al Gobierno de España su buena disposición para controlar a los etarras residentes en la isla y cuya libertad de movimientos es fuente permanente de fricción entre los dos países. A su vez, el Gobierno de José María Aznar ha ofrecido apoyo a Cuba para acceder a los Fondos de Cooperación de la Unión Europea para Africa, Caribe y el Pacífico, a pesar de que el nuevo convenio de ayudas exige que los receptores cumplan los principios democráticos.

Ambos asuntos fueron tratados por la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, y su colega cubano, Felipe Pérez Roque, durante la 12º Cumbre Iberoamericana, que se celebró el viernes el y sábado en Playa Bávaro (República Dominicana).

Fuentes oficiales españolas presentaron las dos manifestaciones de buena voluntad como hechos independientes entre sí, a fin de disipar cualquier sospecha de que se trataría de un trueque de favores. Un portavoz de la Moncloa respondió con evasivas a la pregunta de por qué el Ejecutivo de Aznar, tan insistente en sus críticas a la falta de apertura democrática en Cuba, haga ahora la vista gorda y respalde la pretensión del Gobierno de La Habana de acceder a una línea de cooperación conocida como Convenio Contonú, reservada a países democráticos.

"España quiere para sí lo que desea para los demás", se limitó a contestar el portavoz oficial, que destacó el ambiente de "cordialidad" que había presidido el encuentro entre los ministros de ambos países.

MAYOR PERMISIVIDAD

Cuba es en la actualidad el país iberoamericano con mayor permisividad con los etarras residentes. Otro país tradicionalmente indulgente, Venezuela, se comprometió hace unos meses a ejercer un mayor control sobre los refugiados de ETA y a colaborar con la justicia española en los casos de solicitudes de extradición de terroristas.