La pléyade de los políticos españoles no paran de darnos satisfacciones a los ciudadanos. Sabíamos de su desinterés por lo económico, a través de numerosas sentencias judiciales o de investigaciones periodísticas. Pero ahora nos ofrecen un ejemplo que puede traspasar las fronteras, sobre todo en épocas de crisis, en las que los comportamientos tienden a hacerse egoístas. Menos en España.

Los concejales de Benidorm que fueron expulsados del PSOE con motivo de la moción de censura que acabó con el dominio del PP sobre la alcaldía, donan una parte de su sueldo al partido local a pesar de que no son militantes, a pesar de que les echaron. Entre esos militantes está Maite Iraola, la madre de la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, quien se mostró partidaria, pese a los lazos afectivos, de que fuera expulsada por aceptar el voto de un tránsfuga. Los que donan una parte de su sueldo lo han dejado claro: son filántropos, creen en la idea socialista por encima de sus condiciones económicas y su lugar en la sociedad.

Es emocionante. Porque está claro que con ello no ganan nada. Ellos, que reciben el dinero del que viven de las arcas públicas, o sea, de los impuestos, le dan ciento y pico euros al mes a su antiguo partido a cambio de nada. A un partido que no les va a presentar en la próxima lista a las municipales. Lo más probable, si eso es así, es que no repitan en el cargo. Pero habrán salvado Benidorm, que era de lo que se trataba, y al PSOE local, que no tiene apenas ingresos.

No sabemos si los militantes del PSOE de Benidorm, los que no tienen cargos públicos, son tan generosos con su partido. A lo mejor hasta hacen públicas las cuentas para que sepamos de qué se alimenta el aparato, con qué paga a sus funcionarios.

Es posible que haya lectores malévolos que no se crean las intenciones filantrópicas de los exmilitantes socialistas. Pero yo estoy seguro de que el PSOE va a renunciar a ese dinero, para que no haya dudas; y aún estoy más seguro de que pondrá en marcha un código ético para que desaparezcan las actitudes sospechosas. En pocos meses, o quizás en semanas, todos los partidos nos enseñarán sus cuentas, adoptarán estrictas normas de transparencia. Eso es seguro.

Y colorín colorado.