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Para el fiscal no hay ninguna duda. Los ataques del 11-M fueron perpetrados por un grupo de terroristas islamistas y ETA no tuvo relación con la masacre. El ministerio público llega a esa conclusión tras estudiar numerosos informes de la policía, guardia civil y Ertzaintza.

En su escrito de conclusiones provisionales, el fiscal recuerda que el Gobierno de José María Aznar atribuyó la autoría de esa matanza, los días 11 y 12 de marzo del 2004, a la banda terrorista, a pesar de que las investigaciones llevadas a cabo por la policía, bajo la supervisión del juez Juan del Olmo, no confirmaban esa hipótesis.

LAS SOSPECHAS Para el ministerio público, desde el principio de la masacre los indicios sobre la autoría de ese atentado señalaban al terrorismo internacional y en concreto a una célula del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM). Por si estas evidencias fueran escasas, ETA negó cualquier relación con la matanza, el 12 de marzo del 2004, en una llamada al diario Gara y a la televisión vasca ETB.

Por ello, la policía centró sus esfuerzos, en contra de la tesis del PP, en desarticular esa red islamista y detuvo en solo 48 horas a Jamal Zugam, uno de los autores materiales del 11-M. Además, para el fiscal, a lo largo de la instrucción ha quedado claro que la masacre fue cometida por terroristas islamistas y se ha descartado cualquier relación con otras bandas terroristas.

En el escrito del ministerio público se recogen varios informes policiales. Por ejemplo, en octubre y noviembre del 2004 y el pasado febrero, la Unidad Central de Inteligencia de la policía y la Guardia Civil concluyeron que no existía ningún tipo de vinculación, relación o contacto entre etarras e islamistas. También afirmaban que ETA y el terrorismo internacional no han compartido campos de adiestramiento, redes de financiación o aprovisionamiento de material.

No obstante, el fiscal recoge, en su escrito, unos documentos aparecidos en la operación Nova --contra una red de islamistas que se formó en la cárcel de Topas (Salamanca) y que quería atentar contra la Audiencia Nacional-- en los que se encontraron las direcciones de varios presos de ETA. La policía, según el ministerio público, ha comprobado que no ha existido una relación de correspondencia entre ambas organizaciones. Es más, en las cárceles de Zaragoza y Córdoba aparecieron en las celdas de algunos presos islamistas ejemplares de Gara y Berria que, según la versión de los internos, utilizaban "como manteles".

COMPARACIONES Los cuerpos de seguridad también han comparado los explosivos que emplean ambos grupos. Por ejemplo, han analizado los productos utilizados por ETA en el aparcamiento de la calle Alfonso XIII de Santander en diciembre del 2002 y el material recogido en distintos lugares relacionados con el 11-M. Los expertos no han encontrado elementos coincidentes. Tampoco han localizado a ningún etarra, en los múltiples registros practicados, ni elementos que permitan deducir que ambos grupos han tenido relaciones, más allá de los contactos interpersonales que han podido mantener de manera puntual.

La fiscalía tampoco se cree la declaración del interno Pedro Fernández, que presentó una denuncia en la Audiencia Nacional en la que afirmaba que había oído conversaciones de algunos etarras en las que manifestaban que habían tenido relación con el 11-M. Sin embargo, la policía descartó esas declaraciones por responder a motivos espúreos.

EL ACIDO BORICO Además, la policía, la Guardia Civil y la Ertzaintza han emitido sendos informes en marzo y abril del 2005 en los que comunican al juez Juan del Olmo que ETA no ha usado goma-2 Eco --empleada en Madrid-- en los últimos 10 años. La fiscalía tampoco da validez al hallazgo de ácido bórico en la casa del islamista Hasan el Haski y de un etarra en el 2001 por considerar que es irrelevante para la investigación.