El fiscal Enrique Molina pidió ayer al juez Baltasar Garzón que ordene el ingreso en prisión de los cinco detenidos el jueves en España por su relación con la célula española de Al Qaeda.

Los encarcelados son un marroquí y cuatro sirios. Al marroquí Sadrik Merizak, arrestado en Alicante, se le acusa de tener estrechas "relaciones" con Ahmed Abderraham, el español que está en la base de Guantána- mo (Cuba). Merizak coincidió antes del 11-S con Ahmed Abderraham en campos de entrenamiento de Bin Laden en Faluk (Afganistán).

A los detenido en Madrid, los hermanos Ahmed y Waheld Koshagi, se les acusa al primero de ser uno de los hombres de confianza del propio jefe de la célula española de Al Qaeda, Abu Dahda, que le habría pedido reubicar en España a los muyahidines que regresaban a Europa tras entrenarse en Afganistán. Al segundo, Waheld Koshagi, se le relaciona con el español Nabil Nanakli, condenado a muerte en Yemen por espionaje y te- rrorismo, y con el periodista de Al Jazira Tayser Alony. Precisamente el rey Juan Carlos intercedió la semana pasada por Nanakli ante el presidente yemení.

El cuarto detenido el jueves en Granada, el sirio Hasam Al Husein, alias Abu Abbud , está acusado, entre otras cosas, de ser un muyahidín al servicio de Abu Dahda, al que conoció en 1997. El otro detenido en Granada, Jamal Husein, Abu Ali , también de nacionalidad siria, está acusado de ser de la Hermandad Musulmana y de la célula de Abu Dahda.