El fiscal ha pedido hoy al Tribunal Supremo (TS) que confirme la sentencia que condenó a 20 años y un mes de prisión a los etarras Unai Fano y María Lizarraga -detenidos en Francia en 2008 y extraditados a España tras ceder su jurisdicción el país galo- por pertenencia a ETA y tenencia de armas. Así lo ha reclamado en la vista celebrada esta mañana por la Sala de lo Penal del Supremo para estudiar los argumentos de los recursos interpuestos por los condenados contra la resolución dictada, en noviembre de 2010, por la Audiencia Nacional. Ambos fueron entregados por Francia el 18 de diciembre de 2008 a través del procedimiento de la denuncia oficial -que permite el enjuiciamiento en el país que les recibe por los delitos de los que se les acusa en el que les ha detenido- después de que el Tribunal de Apelación de Versalles diera su visto bueno. La defensa ha pedido al alto tribunal que absuelva a sus patrocinados del delito de tenencia de componentes para elaborar artefactos explosivos, así como que se les aplique una circunstancia atenuante porque, a su juicio, se ha vulnerado el derecho al principio de igualdad, a lo que se ha opuesto la Fiscalía. Según el abogado defensor, por hechos idénticos a otras personas se les ha condenado a 6 años de cárcel, lo que supone "un agravio comparativo". Además, el letrado ha explicado que este caso es "especial" y "único", ya que "se trata de unos hechos delictivos ocurridos en Francia y realizados por personas que ostentan, aunque no es de su gusto, la nacionalidad española, y son juzgados por un tribunal español". "Si se entrega a España a unas personas por unos delitos concretos no se les puede juzgar por otros", ha explicado, por su parte, el representante del Ministerio Público ha asegurado que en este caso "no se ha vulnerado el principio de igualdad". La Audiencia Nacional consideró probado que Fano y Lizarraga integraban un comando de ETA y que el 23 de septiembre de 2008, tras despertar la noche anterior las sospechas de un vecino que les vio en un bosque cerca de Trelins, en la región del Loira, fueron detenidos en el interior de una tienda de campaña. En el lugar se encontraron dos revólveres con su munición, procedentes ambos del robo cometido por ETA en Vauvert en octubre de 2006, así como documentos falsos, entre ellos tarjetas de identificación de la Guardia Civil, con las fotografías de los detenidos. En uno de los vehículos con los que los acusados se habían trasladado hasta el bosque se halló un artefacto explosivo que consistía en un tupperware con pentrita unido a un detonador, mientras que en el otro se intervinieron dos sistemas de activación de artefactos explosivos, "ambos operativos para ser usados". Según declaró probado la Audiencia Nacional, los dos tenían además material informático que contenía documentación sobre explosivos y detonadores, sobre las estrategias a seguir frente a las detenciones e instrucciones para el robo de vehículos o la construcción de zulos.