Fiscal y progresista. Mariano Fernández Bermejo será el nuevo ministro de Justicia. El Gobierno confirmó ayer oficialmente el relevo, aunque no será hasta el lunes por la tarde cuando el nuevo ministro prometa el cargo ante el Rey. El cambio en la cartera de Juan Fernando López Aguilar --próximo candidato del PSOE a la presidencia de Canarias-- es el tercero que realiza José Luis Rodríguez Zapatero en su Gabinete desde que llegó al Gobierno en abril del 2004.

El futuro ministro fue fiscal en Cáceres y profesor adjunto de Derecho Penal en la Universidad de Extremadura y de Derecho en la sede de la UNED, en Mérida.

El presidente se reunió ayer por la tarde en la Moncloa con su nuevo colaborador, hasta ahora fiscal jefe de lo contencioso- administrativo del Tribunal Supremo, e informará mañana al Consejo de Ministros del relevo, que se publicará en el BOE del sábado. Zapatero confía en que la llegada al ministerio de un hombre procedente de la administración de justicia contribuya a atajar el enfrentamiento abierto entre el Gobierno y los jueces.

Decisiones que salpican Las decisiones de los tribunales han salpicado de dificultades la marcha que el Gobierno quiso imprimir al fallido proceso de diálogo con ETA. Las últimas aún colean: la imputación del lendakari Juan José Ibarretxe por su reunión con Arnaldo Otegi; o la decisión de no suavizar las condiciones de prisión del etarra Iñaki de Juana Chaos, pese a su huelga de hambre.

La oposición judicial a las políticas de Zapatero fue evidente desde el inicio de la legislatura. Avivados por el PP y asociaciones de su entorno, muchos jueces discutieron la tramitación del Estatuto catalán, el traslado a Barcelona de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, la devolución a Cataluña del Archivo de Salamanca o los matrimonios entre homosexuales, entre otras medidas.

El último episodio en la pugna política por controlar la justicia es bien reciente. Hace apenas tres días, el Tribunal Constitucional recusó por primera vez en la historia, a instancias del Partido Popular, a uno de sus magistrados: Pablo Pérez Tremps, nombrado por el Gobierno, no podrá pronunciarse sobre el recurso de los populares contra el Estatuto catalán, uno de los proyectos en los que más energía ha consumido Zapatero.

El panorama con el que tendrá que lidiar Fernández Bermejo es, según admiten fuentes socialistas, responsabilidad del actual ministro de Justicia. López Aguilar ha sido criticado desde las filas progresistas por su incapacidad para atajar la deriva conservadora de gran parte de la judicatura. En los últimos meses los reproches arreciaron por su dedicación a Canarias, donde el ministro saliente aspira a presidir el Gobierno autonómico.

Descalificaciones al margen, se marcha orgulloso de su trabajo. Al frente del ministerio, ha promovido 30 iniciativas legales, de las que 21 se han convertido en leyes. Desde las bodas gay al divorcio exprés, pasando por la reforma del Código Penal.

La mayoría de los partidos aplaudieron el nombramiento de Bermejo. El PP no hizo un pronunciamiento oficial, aunque difícilmente lo respaldará, porque Mariano Rajoy ya criticó en su día que se le ascendiera a fiscal del Supremo. Solo el exministro de Justicia José María Michavila lo tachó ayer de "extremadamente sectario". Pero es que Fernández Bermejo le llevó al juzgado por lesionar su honor en la pasada legislatura.