Una prueba de fe. El fiscal Pedro Rubira pidió ayer a los jueces que enjuician a 24 personas como integrantes de la red española de Al Qaeda, una sentencia ejemplar para demostrar que se puede luchar contra ese terrorismo "global" desde la legalidad sin "crear campos de detención" o de declarar la guerra.

El ministerio público defendió la política antiterrorista europea, que ha optado por sentar en el banquillo a los terroristas, frente a la política de EEUU, que se ha decantado por la guerra y el internamiento sin garantías en la base de Guantánamo de presuntos activistas de Al Qaeda.

Por ello, comenzó la exposición de su informe final explicando a los jueces que pide más de 250.000 años de cárcel para los acusados porque "son terroristas" y no por su condición de "musulmanes". También realizó una encendida defensa del Estado de derecho frente a este tipo de terrorismo "universal".

Rubira admitió que el nuevo terrorismo rompe con las ideas prefijadas que se tenían sobre el fenómeno, como el etarra. Por ello, pidió al tribunal que realice "una interpretación de las normas" y establezca una "nueva definición" de este delito.

La fiscalía solicitó una sentencia "global" y lanzó una advertencia a los jueces: "El mundo os contemplará cuando dictéis esta sentencia". A su juicio, ese fallo va a tener repercusiones no sólo en España sino en otros países.

Rubira también defendió su petición de casi 80.000 años de cárcel para el presunto jefe de esta red, Iman Eddin Barakat, alias Abú Dahdah , del que dijo que había colaborado en la trama del 11-S ("actos de favorecimiento", los denominó). El fiscal dio por buena la versión de un testigo que declaró que vio a Abú Dahdah junto al piloto suicida Mohamed Atta en el metro de Barcelona "ocho semanas antes" del atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York.

Ese testigo situó ese encuentro en junio del 2001 aunque Atta se reunió en Reus, con otro implicado en el 11-S, a mediados de julio de ese año. En esa reunión, según el fiscal, se "fijaron los objetivos" para cometer el "mayor atentado contra la historia de la humanidad". El fiscal también recordó que Abú Dahdah recibió el 27 de agosto del 2001 una llamada de un tal Sakur en la que le informaba de que los pilotos suicidas habían llegado a EEUU.

CERCANO A BIN LADEN También detalló las presuntas relaciones de Abú Dahdah con dirigentes de Al Qaeda. Por ello, aseguró que en la dirección de ese grupo ocupa un lugar preeminente, ya que entre Bin Laden y él sólo hay un dirigente, Mustafá Setmarian. Precisamente, el fiscal aludió a la relación del periodista de Al Jazira Tayser Alony con Setmarian para defender su petición de que el informador sea condenado a nueve años de cárcel.

Respecto a los otros acusados, restó valor a la participación de Ghasub Al Abrash Ghalyun, que grabó vídeos domésticos de Nueva York en 1997, a pesar de que también le reclama 77.000 años de cárcel. Y acusó a Driss Chebli de relacionar a la célula española con los pilotos suicidas.