Apenas cerradas las urnas en Euskadi y cuando aún está abierto el proceso de alianzas, PSOE y PP inician un nuevo pulso en Galicia, con el presidente de la Xunta como protagonista, pero en el que el líder del partido, Mariano Rajoy, se juega mucho. Fraga, que con 82 años se presenta a la reelección, confirmó ayer que adelantará al 19 de junio las elecciones, previstas para octubre.

El veterano político justificó la decisión en el "ambiente de crispación" generado por "los incumplimientos" del plan Galicia por parte del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Después de trasladar ayer su propuesta a su Gabinete, Fraga, argumentó que es el momento de "dar la palabra al pueblo", ya que indicó que Galicia "ha sido claramente discriminada".

El centro de la polémica es, según Fraga, el plan Galicia, un paquete de medidas con el que el Gobierno de José María Aznar quiso saldar cuentas por la catástrofe del Prestige, pero que se quedó en una lista de intenciones sin plazos ni presupuestos.

BATALLA MEDIATICA La Xunta entiende que esa lista es un compromiso de Estado y que Zapatero tiene que cumplirlo a rajatabla. El Gobierno central, sin embargo, se ha encontrado con dificultades para presupuestarlo y, sobre todo, se ha visto incapaz de cumplir los plazos que el Parlamento gallego solicita. Esto ha motivado duros choques entre la Xunta y los socialistas que han terminado en una batalla mediática, con réplicas y contrarréplicas en forma de anuncios.

Pero éste no es el único argumento que utiliza Fraga para justificar su decisión. El presidente gallego advirtió, además, "una cierta sensación de inquietud" en la sociedad porque Zapatero ha abierto "innecesariamente un periodo constituyente" al emprender el debate sobre el modelo territorial del Estado y la posibilidad de la reforma de los estatutos de autonomía.

RAJOY Y LA SOLIDARIDAD Rajoy respaldó ayer la decisión de Fraga e insistió en la conveniencia de contar en Galicia con un "Gobierno fuerte" ante el "importante debate" abierto en España sobre "la igualdad y la solidaridad entre territorios" y ante la negociación de los presupuestos generales del Estado del 2006.

El objetivo del presidente del PP es aprovechar el marco de la campaña para resaltar los riesgos de disgregación que, según su criterio, sufre la unidad de España por culpa de la política de Zapatero y del tripartito catalán. El presidente del Gobierno, por su parte, indicó que, al igual que hizo en Euskadi, participará "de forma muy activa y con muchas ganas" en la campaña.

Fraga admitió ayer que mantuvo conversaciones con Rajoy, pero desmintió que hubiese "presiones" para que no agotase el mandato. "Al contrario, todo fueron consultas pacíficas y entre amigos", dijo. También reconoció que una victoria electoral fortalecería notablemente a Rajoy, que desde su llegada a la presidencia del Partido Popular, en enero del 2004, ha perdido frente al PSOE las tres elecciones que se han convocado (legislativas, europeas y vascas).

El próximo lunes firmará el decreto de disolución del Parlamento y de convocatoria de elecciones, que se publicará el martes en el Diario Oficial de Galicia .

LA OPOSICION, DE ACUERDO La oposición gallega aplaudió la propuesta de Fraga. El líder del BNG, Anxo Quintana, dijo que estaba "encantado" del avance electoral porque "así podremos acabar de una vez por todas con esta situación agónica". El socialista Emilio Pérez Touriño cree que esta decisión significa que "quedan poco más de 50 días para el cambio en Galicia".