La forma física de Manuel Fraga no es la más envidiable. Como ayer al mediodía en Ribeira (A Coruña), suele ayudarse de una gruesa baranda para subir los empinados escalones que conducen a la tribuna desde la que se dirige a sus incondicionales en los mítines. Pero el octogenario candidato a la reelección en las autonómicas gallegas sí demuestra día tras día tener un verbo afilado. Y a veces incontrolado. Ayer lanzó munición electoral a sus rivales a sucederle al intentar desacreditar las encuestas que auguran que el 19-J será el día de su jubilación política. "Si a una mujer le preguntan con cuántos hombres se acuesta tampoco suele dar una respuesta absolutamente certera", espetó.

CONDENA DE LA OPOSICION El símil, pronunciado en una entrevista con la agencia Efe, pretendía dar a entender que hay una porción de la masa electoral gallega que en las encuestas oculta sus preferencias por el PP. Pero la oposición lo juzgó intolerable y le acusó de "misógino". También la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, le exigió que retirara lo que consideró "una ofensa intolerable a todas las mujeres".

Y es que para Fraga llueve sobre mojado. El pasado día 5, en un mitin en A Estrada (Pontevedra), se vanaglorió de haber sido un precursor de la defensa de la igualdad de las mujeres durante su etapa franquista. Pero lo hizo de una forma peculiar. "Para que la mujer pueda seguir ocupando su función principal de madre", argumentó impertérrito, "sin renunciar a la posibilidad de su inserción laboral, hay que crear más guarderías". Al acto electoral asistían 500 mujeres, además de la exministra Ana Pastor, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y la consejera de Familia de la Xunta, Pilar Rojo, que ni pestañearon.

Fraga dirigió allí también sus aguijones al líder del BNG, Anxo Quintana, al que mandó "al carallo" por haberle recriminado conocer Galicia sólo "desde el coche oficial". Ayer, como hizo también Mariano Rajoy, los clavó en José Luis Rodríguez Zapatero "y sus aliados", entre ellos, el líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, "que se fue a hablar con ETA para que no matara en Cataluña". Pese a todo, Fraga admitió que éstas son sus primeras elecciones "difíciles".