Manuel Fraga cuestionó ayer la posición oficial de su partido al considerar que si ETA deja las armas, se podría hablar de "ciertos temas" e incluso de "reducir penas" a presos. Las palabras del ahora senador chocan con la negativa del Partido Popular a plantear siquiera como posibilidad el diálogo con ETA.

Fraga puntualizó que lo que no se puede es mantener el chantaje a los empresarios vascos y decir que se quiere "tratar políticamente". En declaraciones a Telemadrid , aceptó la "buena voluntad" del presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, al declararse disponible para ejercer tareas de mediación. También confesó su deseo de que Batasuna no pueda concurrir a las elecciones municipales. Ayer mismo, el Parlamento vasco acordó instar al Gobierno del Estado para que, "en su ámbito competencial", proceda con carácter urgente a la "derogación efectiva" de la ley de partidos que ilegalizó a Batasuna.

La proposición no de ley, presentada conjuntamente por Eusko Alkartasuna (EA) y Ezker Batua (EB) contó con 40 votos fruto del apoyo del PNV, Aralar y el Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK). Votaron en contra el PP y el PSE. El portavoz parlamentario socialista, José Antonio Pastor, recalcó que no es la ley de partidos, sino la continuidad de ETA, lo que "impide" que se abra un nuevo tiempo de paz en Euskadi.

CONTRA LA VIOLENCIA En la misma sesión parlamentaria, todos los grupos de la Cámara vasca, salvo Aralar, que se abstuvo, y EHAK, que votó en contra, exigieron a ETA el cese definitivo "de su actividad terrorista" y condenaron el chantaje que la banda terrorista está ejerciendo sobre los empresarios vascos.

La unanimidad sólo fue posible en torno a una genérica declaración a favor de los derechos humanos y el recurso a las vías exclusivamente pacíficas y democráticas para resolver el conflicto vasco.