Manuel Fraga, de 80 años, dio ayer un susto a su partido al sufrir un desvanecimiento, mientras pronunciaba un discurso en el estand de Galicia de la feria de turismo (Fitur) en Madrid. El presidente de la Xunta fue sometido a un reconocimiento médico que no le detectó ninguna dolencia grave, por lo que se atribuyó el desmayo al cansancio. Fue dado de alta a las ocho de la noche y regresó a Santiago en avión. "Me siento como un reloj suizo nuevo", dijo al salir del hospital.

El veterano político y presidente fundador del PP se había levantado a las cuatro de la madrugada para ir a Madrid. Tenía una agenda repleta de actividades --ocho citas en cinco horas-- que comenzó a las 9.30 con una entrevista en TVE. Ya en Fitur, recibió al ministro Javier Arenas y, al grito de "¿adónde vamos ahora?", inició un periplo por los pabellones de las comunidades afectadas por la marea negra del Prestige . A las 13.25 horas no pudo más. Mientras decía unas palabras de pie, la voz se le quebró, la palidez cubrió su rostro y se tambaleó ligeramente en el estrado.

El consejero de Turismo, Jesús Pérez Varela, atento al malestar de Fraga, le sujetó por el brazo izquierdo y un escolta por la espalda. Otra persona de su entorno intentó que el presidente gallego bebiera un poco de agua. Aunque no perdió la consciencia, fue atendido por los médicos de la feria, que le detectaron una bajada de tensión.

Fraga no alteró su agenda. A las 14.30 horas acudió al almuerzo previsto, junto al vicepresidente Mariano Rajoy y la ministra de Sanidad, Ana Pastor. A instancias de su hija Isabel, cardióloga de profesión, ingresó en el hospital San Carlos donde, durante cuatro horas, fue sometido a un chequeo. El parte médico señaló como causa del vahído la intensa actividad física.

Los problemas de salud de Fraga, que tiene una lesión de cadera, provocaron preocupación entre los políticos gallegos.

La oposición apuntó que el problema es que el PP no tiene un sustituto y por eso han tenido que demorar su retiro.