El comité ejecutivo del PP estuvo lleno de tensión. De puertas para dentro de la sede y de puertas para fuera. Faltaban unos minutos para las once de la mañana y Manuel Fraga llegaba a la madrileña calle de Génova. Un viandante le recomendó jubilarse. "¿Quién es este cretino?", preguntó el presidente fundador del partido.

A media mañana, cuando estaba en uso de la palabra Federico Trillo, se marchó Esperanza Aguirre por "cuestiones de agenda". Su rostro, serio, levantó todo tipo de elucubraciones entre los periodistas. Unos minutos más tarde, Alberto Ruiz-Gallardón hizo lo propio. La prensa le pidió explicaciones grabadora en mano y, de una de ellas, recibió un golpe en la cara. Se dolió, anunció que después habría rueda de prensa y se fue. Hubo rueda, de Ramón Luis Valcárcel. Lo vio todo positivo. Y garantizó paz tras el congreso.