Manuel Fraga defendió ayer que el Estatuto de Galicia, comunidad que presidió durante 16 años, "puede y debe ser perfeccionado". El texto fue ratificado en 1981 y desde entonces no ha sido reformado. Pero, al hilo de la sacudida política que ha conllevado la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña, Fraga lanzó ayer una advertencia: "Galicia no es una nación y nunca lo ha sido". El exlíder de la derecha española apeló a su condición de padre de la Constitución para subrayar que el Estado de las autonomías no puede ni debe ir más allá. "Decidimos que hasta ahí se podía llegar y no más", zanjó para descartar así cualquier aventura federalista.

El senador destacó que no siente "ninguna simpatía por los nacionalistas", pero, acto seguido, dio una clara muestra de su profundo nacionalismo español cuando afirmó que Galicia no es una nación con entidad propia porque es parte "gloriosa de España".