El presidente de la Xunta, Manuel Fraga, planteará hoy a los consejeros de su Gobierno un adelanto de cuatro meses en las elecciones autonómicas gallegas, que estaban previstas para octubre, pero que podrían celebrarse el próximo 19 de junio.

Aunque el presidente, de 83 años, insistía en agotar hasta el último día su cuarta legislatura, dirigentes de su partido le han hecho ver la conveniencia de celebrar los comicios con antelación, y sólo espera a tener la conformidad de su Gabinete.

Según las encuestas que maneja el PP gallego, la popularidad de Fraga se ha restablecido, tras la grave crisis de septiembre del 2004, cuando el presidente popular de Ourense, José Luis Baltar, amenazó con una escisión en el partido si su corriente interna no recuperaba poder. Después de varios meses con una pérdida de intención de voto, los dos últimos sondeos internos aventuran una clara mayoría para los populares, por lo que el partido cree que es un buen momento para celebrar elecciones.

RAJOY, DE ACUERDO Además, el adelanto electoral gusta también en la sede central del PP de la madrileña calle de Génova, y así se lo ha hecho saber Mariano Rajoy al propio Fraga a través de varias llamadas telefónicas. Tras los malos resultados del PP en las elecciones europeas y vascas, el partido quiere una victoria en las urnas lo más pronto posible.

Por si fuera poco, los partidos de la oposición en Galicia pasan por sus peores momentos. El Bloque Nacionalista Galego se encuentra inmerso en una crisis provocada por la dimisión de su más importante referente histórico, Xosé Manuel Beiras, que dejó la presidencia del consejo del BNG por discrepancias en la confección de las listas electorales.

Por su parte, el PSOE sufre el acoso del Gobierno gallego, que culpa al Ejecutivo presidido por José Luis Rodríguez Zapatero de incumplir las obras pactadas en el plan Galicia.