En plena crisis, y con las expectativas electorales a ras del suelo, los socialistas se asoman, sin embargo, a la posibilidad de arrebatarle la Comunidad de Madrid a Esperanza Aguirre y, así, ganar un importante feudo y, de paso, vengar la jugada que en el 2003, con la compra de los diputados socialistas Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, les impidió gobernar. El vértigo que les produce esa hipótesis --que se sustenta en los resultados de varias encuestas-- genera una crisis que recuerda las viejas contiendas de la Federación Socialista Madrileña, convertida en Partido Socialista de Madrid (PSM).

SONDEOS FAVORABLES El origen de la bronca entre el secretario general del PSM, Tomás Gómez, y la ejecutiva federal del PSOE, encabezada por el propio José Luis Rodríguez Zapatero, está pues en los sondeos. Unas encuestas que están siendo analizadas desde hace meses por Ferraz (sede federal del PSOE) y que hace creer que la Comunidad de Madrid está al alcance de su mano, porque Aguirre puede perder la mayoría absoluta y, por lo tanto, ceder el poder a los socialistas, si se alían con IU. Al parecer, también los sondeos del PP arrojan resultados similares, que vendrían dados en parte por el desgaste de Aguirre, pero también por la irrupción de UPD, el partido de Rosa Díez, al que algunos estudios llegan a atribuir hasta siete escaños. Aunque UPD también restaría votos al PSOE, y más si presenta como candidato al exsecretario general de CCOO José María Fidalgo.

Esos sondeos no le dan, sin embargo, buena nota a Gómez, que, según argumentan en la ejecutiva federal, está más de 10 puntos por debajo de Aguirre.

Ese convencimiento de que Gómez "no es el candidato idóneo", es lo que llevó a la ejecutiva a encargar a su presidente, Manuel Chaves, que le pidiera que deje paso a otro candidato. Según explicaron a este diario fuentes socialistas, al líder del PSM no le gustó, y exigió hablar con Zapatero, una conversación que se produjo días después. También Zapatero le pidió que renuncie y Gómez le respondió entonces retándole a convocar unas primarias.

Los dirigentes socialistas no salen de su asombro. Unos, porque no recuerdan a nadie que se haya plantado públicamente a una sugerencia similar del líder del partido; otros, porque creen que esta nueva bronca les perjudica. "Este pollo que se ha montado no es nada favorable", aseguraba a este diario un dirigente del PSM, mientras que otro compañero señalaba que parece que se está buscando "qué hacer para perder otra vez" en Madrid.

Lo cierto es que Gómez ya llevaba meses preparándose para esta respuesta. En mayo aseguró a la dirección del PSM que él no renunciaría a ser candidato. "Ni aunque Zapatero me haga vicepresidente", dijo. Se temía algo porque había empezado a recibir mensajes del vicesecretario general, José Blanco, con el que no tiene mucha sintonía. De hecho, la posible candidatura de Gómez agrandó la brecha entre Blanco y la secretaria de organización, Leire Pajín, que apoyaba al dirigente madrileño.

ALCALDE MAS VOTADO La actitud de Gómez no es solo la de quien se aferra a un puesto. Al fin y al cabo, él abandonó la alcaldía de Parla, tras ser por dos veces el alcalde más votado de España (2003 y 2007), con el 75% de los sufragios, y lo hizo porque Zapatero le pidió que liderara el PSM. El fue en el 2007 la apuesta del presidente del Gobierno, y en este tiempo ha logrado el respaldo de la mayoría del PSM. Por eso ahora se resiste a admitir que no es el candidato idóneo.

La batalla está servida, pero en la ejecutiva federal no dudan de que perderá Gómez. Y seguramente antes de convocar unas primarias. "Una vez que se ha hecho público su reto a la dirección, no cabe la más mínima duda de que ganará Ferraz", dijo a este diario un destacado miembro de la ejecutiva. La vía no será tan difícil porque, puestos a elegir entre el secretario regional y el general, muchos dirigentes optan por el más poderoso.