La desarticulación de la célula islamista de Lanzarote tuvo su origen en la cooperación internacional contra el terrorismo. Fuentes policiales informaron ayer de que fueron los servicios de información franceses los que, junto a las autoridades belgas, alertaron a España de la llegada a Canarias de Hassan el Haski, jefe de este grupo terrorista y, según las primeras pesquisas, líder en Europa del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM). Los cuatro detenidos fueron trasladados ayer a Madrid.

El Ministerio del Interior fletó un avión militar para llevar a la capital a los cuatro presuntos terroristas, todos ellos de nacionalidad marroquí: El Haski (41 años), Brahim Atia El Hamuchi (40), Ali Fahimi (31) y Abdallah Murib (36), este último imán de la mezquita lanzaroteña de Puerto de El Carmen.

DOCUMENTACION INCAUTADA A su llegada, 50 policías los custodiaron hasta la Comisaría General de Información, donde estaba previsto empezar a interrogarles y analizar la documentación, las cartas en árabe manuscritas y los disquetes hallados en sus domicilios. En principio, Interior pretende ponerlos a disposición judicial el martes.

A pesar de la peculiaridad de esta operación, las detenciones obedecen a una investigación de origen y desarrollo policiales, no judiciales. El jefe de la célula había burlado el cerco policial en Francia y Bélgica, donde la estructura del GICM ha sufrido duros golpes en los últimos meses. Alertada por las autoridades francesas de que El Haski se había afincado en Canarias, la policía investigó su paradero y sus conexiones antes de pedir la autorización para arrestarlo junto a sus tres colaboradores.

A tenor de los datos recabados por los servicios de información de varios países de la Unión Europea (UE), la policía sospecha que El Haski ha ejercido como máximo responsable en Europa del Grupo Islámico Combatiente Marroquí, autor de los atentados de Casablanca en el 2003 y estrechamente vinculado a Al Qaeda. Su misión, según fuentes policiales, era coordinar las células terroristas que el GICM tiene dispersas por Europa, y había ubicado su cuartel general en Lanzarote porque allí se sentía más seguro que en el continente.

La incógnita por desvelar ahora es cuál fue la vinculación exacta de El Haski con los atentados del 11-M, y también si los otros tres detenidos tuvieron algún papel en la masacre de Madrid. La policía no descarta que El Haski participase en el diseño y preparación del atentado.

El delegado del Gobierno en Canarias, José Segura, aseguró ayer que la célula desarticulada no preparaba atentados en el archipiélago, y fuentes de Interior negaron haber hallado documentos que acrediten la existencia de objetivos concretos.