La dictadura franquista no fue una época fascista, ya que el régimen de Francisco Franco se caracterizó por la ausencia de una ideología que no fuera la de perpetuarse en el poder, según sostiene la Fundación FAES que preside José María Aznar.

En la última edición de los Cuadernos de pensamiento político de FAES, el catedrático de Derecho Político Manuel Ramírez publica un artículo en el que afirma que el régimen autoritario de Franco no fue "un conjunto estático", sin cambios ni variaciones, sino que en su análisis se pueden distinguir hasta tres etapas unidas por el nexo común de la "fidelidad política" al entonces jefe del Estado.

El artículo --titulado Hace setenta años. El régimen político y su mentalidad , y publicado con motivo del setenta aniversario del final de la Guerra Civil, Ramírez defiende que el franquismo no tuvo una base ideológica, sino aportaciones de muy distintas fuentes, a veces "recortadas" y a veces "estimadas", según las circunstancias.

Así, recalca que en esta etapa de la historia de España no hubo una "ideología fuerte llena de verdades absolutas y que impregnara en la sociedad" --como sí ocurrió en la Alemania de Hitler o la Italia de Mussolini-- y añade que, precisamente, fue esta ausencia de ideología la que facilitó la caída del régimen franquista, una vez desaparecido su creador.

El autor concluye que los cuarenta años del franquismo dejaron en la sociedad española como legado una "mentalidad" que estuvo vigente hasta comienzos de los años ochenta y que ha sido la "asignatura pendiente" de la democracia.

Sus rasgos fundamentales son: la despolitización y una provocada apatía, la pervivencia del trauma de la Guerra Civil, una especial suspicacia ante problemas de orden público, y una escasa secularización del pensamiento y permanente tendencia a la utilización de patrones religiosos tradicionales.