Los féretros con los restos mortales de los dos militares españoles fallecidos el pasado jueves en accidente de aviación en Bosnia llegaron sobre las doce de la noche a la base militar de Torrejón de Ardoz (Madrid). En la pista esperaban familiares y amigos del teniente Santiago Hormigo Ledesma y del sargento Joaquín López Moreno, ambos de 32 años, quienes perdieron la vida junto a otros dos militares alemanes al estrellarse el helicóptero en que viajaban.

Las honras fúnebres por Joaquín López Moreno se ofician hoy a partir de las 10,30 horas en el cuartel Coronel Matei, de la Fuerza Aeromóvil del Ejército de Tierra, en la localidad madrileña de Colmenar Viejo. El funeral por el otro militar fallecido se celebrará en la intimidad por expreso deseo de la familia. Así lo informaron anoche fuentes del Ministerio de Defensa que señalaron que a la ceremonia asistirán el secretario de estado de Defensa, Constantino Méndez, y el jefe de la Fuerza Terrestre, teniente general Virgilio Sañudo Alonso.

Los restos mortales de los soldados españoles viajaron ayer desde Sarajevo en un avión de las Fuerzas aéreas españolas. Antes de su repatriación, se han llevado a cabo en el hospital militar de Sarajevo los trabajos de identificación de los cuerpos. La unidad de la comisión para la investigación técnica de accidentes se aeronaves militares (CITAAM), enviada ayer por Defensa, trabaja en el lugar del siniestro para determinar sus causas.

Antes de abandonar Bosnia, los dos militares españoles fueron despedidos por sus compañeros de la Base "Camp Butmir" en una "sencilla ceremonia" que tuvo lugar en el aeropuerto de Sarajevo y que fue presidida por el teniente general Andrés Navas Raez, comandante del Mando de Operaciones del Estado Mayor. También estuvieron presentes el general de división Ignacio Martín Villalain, comandante jefe de las Fuerzas de la UE (COMEUFOR) y el embajador español en Bosnia-Herzegovina, José María Castroviejo, señaló Defensa.

Tras la llegada de los féretros al aeropuerto, el general Navas les impuso a título póstumo la medalla de la "Operación Althea" de la UE. Después tuvo lugar un responso y los féretros fueron trasladados por sus compañeros de la Unidad de Helicópteros al interior del avión Hércules que los trasladaría a España.

El general Navas pronunció antes del despegue unas palabras de "consuelo y ánimo" para todos los compañeros de los militares fallecidos que participan en la Operación de la UE, a los que despidió "personalmente" uno a uno.