Consciente de que se le preguntaría por qué no convocó el gabinete de crisis tras la mayor masacre terrorista de historia europea, Aznar se refirió a la cuestión ya en su discurso inicial. "No convoqué la Comisión Delegada del Gobierno para Situaciones de Crisis", reconoció el expresidente, que sí llamó a la Moncloa a varios altos cargos de su Gobierno en la mañana del 11 de marzo.

"Ni había exigencia legal, ni era lo más funcional en aquel momento", argumentó Aznar, que estuvo asistido en la residencia presidencial por el secretario general de la Presidencia, Javier Zarzalejos, el portavoz del Gobierno, Eduardo Zaplana, y el secretario de Estado de Comunicación, Alfredo Timermans, además de sus dos vicepresidentes y el titular de Interior.

Para explicar por qué no estuvieron allí reunidos el ministro de Defensa, la titular de Exteriores o el director del Centro Nacional de Inteligencia, Aznar recurrió a la inoportunidad e inoperancia de su presencia. "Entendí que no era el momento de convocar formalmente a un órgano que, entre otras exigencias, requería la presencia física continuada de ministros y altos cargos que debían dirigir la actuación sobre el terreno de sus departamentos", argumentó.

De aquella reunión surgió la convocatoria de la manifestación para el día siguiente, cuyo lema fijó el Gobierno del PP de forma unilateral. Aznar relató ayer cómo comunicó a José Luis Rodríguez Zapatero esa decisión a mediodía del 11-M: "Le dije que los partidos debían dar una respuesta unitaria, sin hacer un espectáculo de la discusión sobre las pancartas o los lemas, o quién debía ir en la cabecera o unos metros detrás. A mí me ponían enfermo esas discusiones. Zapatero no puso objeción ni reparo alguno".