Zapatero se ha embarcado en una refundación de la democracia basada en tres principios: transparencia de las instituciones, mayor participación ciudadana y defensa de los derechos civiles. Para predicar con el ejemplo de esa democracia ciudadana, quiso cumplir su promesa electoral y formó el primer Gobierno paritario de España: una vicepresidenta, un vicepresidente, ocho ministras y ocho ministros.

Además de rescatar la bandera del laicismo, el Ejecutivo se ha enfrentado a la Conferencia Episcopal al regular los matrimonios gays, y a la derecha judicial al defender la discriminación positiva en la ley contra la violencia sobre las mujeres.