Madrid Alberto Ruiz-Gallardón asistió ayer a la misa por la Virgen de la Paloma, la más castiza de las madrileñas. La cita es obligada para el alcalde de Madrid, aunque Gallardón no alardea de su catolicismo como lo hacía su predecesor, José María Alvarez del Manzano. La instantánea presenta al alcalde de la capital en pleno acto de contrición, aunque no se sabe si repasaba sus culpas o en realidad pedía iluminación para este mandato.