Pío García-Escudero fue confirmado, el pasado lunes, como portavoz del PP en el Senado. Hasta ese momento, su nombre era parte de todas las quinielas que políticos y periodistas hacían sobre la renovación que estaba por iniciarse en el PP tras la derrota del 9-M. Y se hablaba de él, y mucho, como posible secretario general del partido, pese a que, en conversaciones privadas, él había insistido en que le apetecía continuar en la Cámara alta y eludir otro tipo de responsabilidades.

Garantizado, pues, el cargo que anhelaba en la nueva era popular, se siente con fuerzas para defender los cambios que está acometiendo Mariano Rajoy, incluso los más discutidos, como los que han situado a la joven Soraya Sáenz de Santamaría y su círculo de confianza el frente del grupo popular en el Congreso. Se atreve a demandar más juventud para el PP y el relevo de uno de sus hombres más discutidos, Angel Acebes.

Ayer, García-Escudero insistió en que toca acometer una "renovación auténtica", puntualizando que la secretaría general debe también quedar en manos de una persona "que pertenezca a esa generación", esto es, en las de Sáenz de Santamaría, según explicó a Europa Press.

"El presidente del PP ha decidido dar entrada, con carta de naturaleza, a una generación más joven, de gente muy buena, con mucha experiencia, que ha dado buenas pruebas de su valía", enfatizó. A su juicio, esos valores deben llegar hasta el área que ocupa Acebes.

AZNAR PIDE SOLIDEZ Está por ver si Rajoy atenderá los consejos de García-Escudero (hombre de su confianza) o, los que, hace unos días, lanzaba el expresidente José María Aznar: "Siempre sostuve la necesidad de construir proyectos ganadores que cuenten con tres elementos ineludibles: un partido político sólido, un programa exitoso y un líder", subrayó.

Sobre esos tres ejes de los que hablaba Aznar quiere Rajoy diseñar la legislatura. Como líder, él mismo. Como partido sólido, el que está reinventando. Como programa de éxito, el que llevó en las elecciones.