El juez Baltasar Garzón acordó ayer dejar en libertad bajo fianza de un millón de euros a los exdirigentes de CiU Macià Alavedra y Lluís Prenafeta al haber desaparecido el riesgo de que destruyan pruebas o muevan sus bienes en el extranjero. Alavedra, que ingresó en la cárcel el pasado 30 de octubre, reunió el dinero en horas y abandonó la prisión de Can Brians de Barcelona a última hora de la tarde. Prenafeta se encontró con problemas de última hora, por lo que no saldrá de la cárcel hasta hoy.

El instructor del caso Pretoria explicó, en el auto en el que acordó la prisión de los dirigentes convergentes, que tomaba esta decisión "ante la gravedad del delito", la posibilidad "de reiteración delictiva" y por el riesgo de "destrucción de evidencias, de otros datos y documentos necesarios en la investigación".

Pues bien, 38 días después de esta decisión, el magistrado considera que ya han desaparecido estas circunstancias. Durante este periodo, explica Garzón en el auto de libertad que firmó ayer, "se han cumplido" los objetivos de preservar la instrucción "por el aseguramiento de los diferentes elementos probatorios con el análisis de la documentación intervenida por la Guardia Civil". El juez también revela que ha cursado las correspondientes comisiones rogatorias para embargar el dinero que Alavedra y Prenafeta tenían en el extranjero.

LA PREVENCION Asimismo, el magistrado ha tomado las disposiciones necesarias para evitar que los imputados "puedan tomar medidas, ejecutar acciones o realizar movimientos que tiendan a ocultar o hacer desaparecer aquellos datos, documentos, cuentas u otros efectos" que tengan en el extranjero.

Garzón también les impone la obligación de presentarse quincenalmente en el juzgado más cercano a su domicilio y les prohíbe abandonar España sin su permiso.