Como jurista, como juez y como ciudadano", el magistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón siente "vergüenza" de que España limite la justicia universal. Así lo afirmó ayer antes de ser investido doctor honoris causa por la Universidad de Jaén. "Es triste que se haya optado por abandonar ese abanderamiento por parte de España, sobre todo tratándose de un principio que en los últimos 12 años ha dado muchas satisfacciones a las víctimas", añadió.

Los límites a la justicia universal están vigentes desde el miércoles pasado, día en que se publicó en el Boletín Oficial del Estado la ley orgánica de reforma de la legislación procesal, que establece que los jueces solo pueden perseguir delitos fuera de España cuando exista una clara conexión con este país o si los autores se encuentran en territorio español. La modificación se aprobó el 15 de octubre con los votos favorables del PSOE, PP, CiU y PNV.

En opinión de Garzón, con esa ley "se renuncia al papel integrador de la justicia y se priman intereses económicos, políticos y diplomáticos de países que favorecen a delincuentes". "Asumir las limitaciones sin rechistar nos pervierte y nos degrada", añadió durante su discurso.

PERDON ANTICIPADO El juez también pidió perdón a todas las personas que se vean perjudicadas por esta decisión. No obstante, recordó que los jueces deben aplicar e interpretar las leyes "para obtener lo máximo para dar protección a las víctimas" y así lo harán.

Actualmente, la Audiencia Nacional tramita una quincena de causas bajo el principio de la jurisdicción universal, como los genocidios en Guatemala y El Tibet, las torturas en Guantánamo y los actos de piratería en el océano Indico.