Era la primera vez que charlaban de esa manera en público. Mariano Rajoy (PP) y Felipe González (PSOE) juntos, conversando casi durante dos horas ante un auditorio que le rió las bromas y alguna fanfarronada con gracia, como cuando el expresidente socialista soltó que ellos dos, ante una situación política tan enrevesada como la actual, habrían sido, «como mínimo, Winston Churchill». Esa broma sobre el exprimer ministro británico llegó ayer en los últimos minutos de la charla más interesante de la ambiciosa primera edición del Foro La Toja-Vínculo Atlántico, organizado en Pontevedra. Lo inauguró el Rey y, hoy, lo clausura el presidente en funciones, Pedro Sánchez.

Los dos exjefes de Gobierno abordaron varios asuntos y, con amplitud, el de la repetición electoral. Coincidieron en la necesidad de reclamar a los partidos generosidad para recuperar la estabilidad y olvidar el «bloquismo», expresión de González.

La gran coalición

Rajoy, que fue presidente entre 2011 y 2018, cree que «no es posible» gobernar sin mayoría y consideró necesario «un pacto para cuatro años» con «arreglo» a lo que digan los españoles el 10-N. Y recordó que él ya propuso al PSOE en 2015 una gran coalición, pero Sánchez la descartó.

«Tienen que facilitar que se forme Gobierno. Si es de mayoría, mejor; y si no es de mayoría, se pueden pactar los temas fundamentales», manifestó González, que estuvo en la Moncloa entre 1982 y 1996. Rajoy asintió.

El desafío territorial también ocupó parte de la charla. Rajoy disertó sobre la dificultad de «luchar contra un sentimiento» nacionalista, aunque añadió que, ante la «colisión entre sentimientos, la ley es la que ordena la convivencia» y recordó que él aplicó por primera vez el 155. «La cosa, por más problemas que puedan generarse ahora por la sentencia, está yendo a mejor», espetó. Rechazó la posibilidad de reformar la Constitución mientras que González se mostró partidario de aclarar ese artículo de la Carta Magna.

El socialista comentó que nadie puede imaginar las horas que han llegado a hablar Rajoy y él sobre el desafío catalán. «Yo siempre he estado y estoy disponible si el presidente, sea quien sea, me llama (…) Si no llama, yo no interfiero», aseguró negando que quiera ser un «jarrón chino» y «estorbar». Habría que ver qué pensó Sánchez al ver la bromita de Churchill.