Las autoridades de Gibraltar han tensado de nuevo la cuerda de las relaciones con el Gobierno español al reclamar una mayor presencia de la Armada británica en sus aguas territoriales para hacer frente a lo que considera "incursiones" de la Guardia Civil. El pulso se ha traducido incluso en la suspensión unilateral de los encuentros previos para la última reunión anual del foro tripartito. No obstante, el Reino Unido y España confían en que el encuentro se mantenga al ser el único marco válido para la cooperación.

El primer ministro gibraltareño, Peter Caruana, realizó el jueves una dura intervención en la televisión para denunciar que, a su juicio, la Guardia Civil intenta ejercer de facto una soberanía que no le corresponde en las aguas que el Peñón considera propias. La historia de desencuentros es larga, y no son pocos los escarceos que el instituto armado y la policía gibraltareña han mantenido en el último año, incluidas retenciones a los agentes españoles cuando perseguían a delincuentes en el Estrecho. Caruana reta al ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, a llevar el conflicto jurisdiccional a la Corte Internacional de Justicia "si está convencido de que, según la ley internacional, las aguas que rodean a Gibraltar no son británicas". "No tiene nada que perder y todo que ganar", insistió.

"CORTINA DE HUMO" El primer ministro de la colonia acusó a la Guardia Civil de impedir "con amenazas y violencia física" que la policía gibraltareña ejerciera su jurisdicción en sus propias aguas, y sugirió que las reuniones del foro tripartito --creado en el 2004-- son una "cortina de humo" tras la cual España trata de desmantelar la soberanía británica en aguas territoriales.

El Gobierno español interpretó estas palabras como otro intento de poner el conflicto territorial en la agenda del foro, pese a ser un asunto "exclusivamente bilateral", según recordó ayer la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, que rechazó el papel de la colonia como interlocutor e insistió en que la posición española de no reconocer la soberanía de Gibraltar "se mantiene invariable".

No obstante, Fernández de la Vega apostó por mantener las reuniones tripartitas como "el cauce adecuado para seguir avanzando". Una postura que también mantiene el Reino Unido. En un comunicado, el Foreign Office justificó las "preocupaciones" de Caruana pero precisó que el foro es el "marco correcto" para abordar la cuestión de Gibraltar y "la mejor manera de resolver problemas".