Hay cuatro opciones encima de la mesa que pueden salir mañana de las urnas para formar gobierno. La primera es que el PSOE no solo mantenga su hegemonía, sino que además suba en porcentaje de votos y en número de diputados y alcance la mayoría absoluta (es su pretensión); en este caso no habría necesidad de hablar de pactos. La segunda es que los socialistas ganen las elecciones pero necesiten llegar a acuerdos con otro partido y recojan el guante que ya les han lanzado desde Unidas por Extremadura (la coalición de Podemos, IU, Equo y Extremeños); en este caso se formaría un gobierno de izquierdas. La tercera es similar a la segunda, pero arrimándose el PSOE a Ciudadanos; Extremadura tendría entonces un gobierno de centro (o centro-derecha). La cuarta es que las tres derechas sumen y se forme un pacto de perdedores compuesto de PP-Ciudadanos-Vox, como ha ocurrido en Andalucía.

La primera variable y la última son las menos probables según la encuesta de Ágora Integral para EL PERIÓDICO EXTREMADURA, aunque hasta que no se conozca el escrutinio ninguna es realmente descartable, sobre todo porque el líder de los populares extremeños manifestó en su momento que no tendría problemas en hablar con Vox, la formación de ultraderecha. No obstante, lo más contemplado es que la partida se jugará, seguramente, entre la segunda y la tercera opción.

De puntillas

El PSOE podría ser la formación que consiguiera más votos, pero no los suficientes para gobernar en solitario y entonces empezaría el juego de La Yenka (ya saben, ese de «izquierda, izquierda, derecha derecha...»). Tanto desde el PP como desde Unidas por Extremadura han repetido por activa y por pasiva durante esta campaña electoral que el pacto PSOE-Cs es una realidad, pero las formaciones protagonistas del supuesto acuerdo no han querido pronunciarse en ningún momento.

Solo ayer el candidato socialista, Guillermo Fernández Vara, se manifestó al respecto: «Extremadura necesita de IU algunas aclaraciones, el gobierno del PP y los cuatro presupuestos de recortes de Monago fueron aprobados por ellos. Cuatro presupuestos que se cebaron con la gente más débil y que dejaron la región en la más absoluta ruina económica y social». Habló en nombre de toda la región.

En las elecciones de 2015, los 65 diputados de la Asamblea de Extremadura se repartieron así: PSOE, 30; PP, 28; Podemos, 6; Ciudadanos, 1.

El cambio

En las elecciones de 2011, cuando ganaron los populares en la región y por primera vez en la historia se hicieron con la Junta, los resultados fueron: PP, 32; PSOE, 30; IU, 3.

La formación de izquierdas permitió entonces que fuera el PP (el partido que había conseguido un porcentaje de votos más alto) el que gobernara.

Ahora, las encuestas dicen que hasta cinco partidos se pueden sentar en la Asamblea. Además de los ya citados (PSOE, PP, Unidas por Extremadura y Ciudadanos), habría que incluir a Vox, que podría llegar a conseguir el 5% de las papeletas y hacerse con un espacio propio en el arco parlamentario.

¿La respuesta a todas las incógnitas? A partir de mañana, 26-M, por la noche.