El Gobierno arrojó ayer algo de luz sobre el asunto de la carta que el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, envió en agosto a los ejecutivos español e italiano. Por primera vez, un portavoz de José Luis Rodríguez Zapatero reconoció a este diario la existencia de la misiva, admitió que la reforma de la Constitución se había hecho a instancias de la autoridad monetaria y añadió que el jefe del Ejecutivo informó a «Mariano Rajoy, Alfredo Pérez Rubalcaba y a otros líderes políticos» del contenido del documento.

Según esta fuente oficial, la carta «pide garantías» a Zapatero de que el Gobierno seguirá con las reformas estructurales que, en opinión de la autoridad monetaria, son necesarias para que la economía española mejore en competitividad, y un compromiso claro con la sostenibilidad de las cuentas públicas, una petición que se vio colmada con la segunda reforma de la Carta Magna.

El Ejecutivo recuerda que el BCE envió esta misiva en pleno ataque contra la deuda soberana y a la vez que tomaba la excepcional decisión de comprar bonos españoles e italianos, una medida contestada dentro del organismo europeo y que provocó la dimisión del economista jefe, Jürgen Stark.

Es en este contexto de dificultad económica y controversia en el propio BCE, insiste el Gobierno, en el que hay que entender que Trichet enviara el escrito, un documento que Zapatero no desea hacer público por «lealtad institucional» a la autoridad monetaria y porque considera que no aporta nada «al interés de país». «Hay otras cartas que alaban al presidente por haberse quemado a lo bonzo con las reformas que ha hecho y tampoco las hacemos públicas», añadió el portavoz del presidente, que señaló que el próximo jefe del Ejecutivo «recibirá la carta y podrá hacer lo que crea oportuno».

Rajoy, al que todas las encuestas señalan como sucesor de Zapatero en la Moncloa, tuvo conocimiento de la carta por el propio presidente. Zapatero informó al líder de la oposición sobre los requerimientos del BCE a mediados de agosto, cuando también le pidió su apoyo para la modificación de la Constitución, un respaldo que le dio y que ha supuesto uno de los pocos pactos entre los dos partidos durante esta crisis.

El diputado de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, ha escrito a Zapatero para solicitarle que haga pública la misiva del BCE, una petición que el Gobierno considera que es «electoralista» y a la que ayer estaba decidiendo cómo responder (también por carta o con una llamada).

El escrito que Trichet envió al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, sí se ha conocido. Lo publicó el jueves el rotativo Corriere della Sera, y en él se puede leer que el instituto emisor pide también la reforma de la Carta Magna a cambio de ayudar a Italia con la compra de deuda.