El Gobierno está dispuesto a alargar hasta el domingo el plazo para negociar con los agentes sociales la reforma laboral siempre y cuando en la reunión de hoy, que iba a ser la última, haya un acuerdo parcial sustancial, y dialogará con los grupos parlamentarios el lunes y el martes de la próxima semana. Aunque el Ejecutivo ha dicho en varias ocasiones que la reunión de esta tarde con patronal y sindicatos era la última oportunidad que tenían de cerrar un acuerdo, fuentes parlamentarias han precisado que el Gobierno no quiere certificar el fin del diálogo social si hoy se evidencia un acercamiento notable entre las partes.

De este modo, en el caso de que se alcanzara un consenso del 70 o del 80 por ciento de las materias, el Gobierno dilataría la negociación hasta el próximo domingo e instrumentaría alguna propuesta, a fin de dar margen a seguir hablando de los temas en los que no haya habido acuerdo. El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, había avisado públicamente de que la reunión de esta tarde -que podría prolongarse hasta altas horas de la madrugada- iba a ser la última antes de que el Gobierno sacara su propuesta por decreto ley el próximo día 16.

Las mismas fuentes han explicado que el Ejecutivo se ha comprometido además a dialogar con los grupos políticos a partir del lunes, haya o no acuerdo en el marco del diálogo social. Celestino Corbacho ha sondeado en los últimos días la receptividad de algunos grupos parlamentarios y se ha reunido ya con los portavoces de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, y ERC, Joan Ridao, así como con el diputado del PNV Emilio Olabarria. Joan Ridao, con quien ha conversado hoy mismo, ha indicado posteriormente a los periodistas que el ministro le ha trasladado su voluntad de no dar por cerradas esta tarde las conversaciones con patronal y sindicatos, siempre que se detecte una aproximación reseñable en los planteamientos.

Por eso, le ha dicho que hasta el lunes no empezarían las negociaciones políticas con los grupos, con quienes el ministro quiere dialogar tanto si la reforma se hace por acuerdo con los agentes sociales, como si el Gobierno tiene que legislar por decreto. De ser así, Gobierno y partidos sólo dispondrían de 48 horas para negociar, un plazo que a Ridao le parece "muy escaso". Ridao ha aprovechado para recordar las líneas básicas en las que, a juicio de ERC, debería incidir la reforma laboral: potenciar la contratación indefinida, limitar los contratos temporales, dar mayor oxígeno a la negociación colectiva, introducir medidas de flexibilidad interna y externa de las empresas e incentivar la contratación juvenil.

Según el portavoz de los republicanos catalanes, Corbacho es consciente de que la reforma laboral "no puede ser un trágala" y de que no puede salir como el decreto ley con las medidas de ajuste para acelerar el déficit, que sólo fue apoyado por el PSOE.