El Gobierno analizó ayer la reforma del Código Penal en una reunión en la que se incluirá la "libertad vigilada" para pederastas, violadores y terroristas que se crea que pueden volver a delinquir una vez han cumplido su pena de prisión. Depende del delito y el preso, esta situación podría alargarse hasta 20 años, y se llevaría a cabo mediante comparecencias judiciales periódicas, brazaletes electrónicos o incluso la castración química, si así lo decide el penado. Otras de las posibles reformas a destacar, que estudiaron ayer el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, y por el titular de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, prevé que los delitos de terrorismo más grave, no prescriban.

En una comparecencia de prensa conjunta tras el encuentro celebrado en el Ministerio de Justicia, los ministros explicaron que la reforma que planteará el Gobierno será aplicable para los pederastas y terroristas que tengan un "pronóstico negativo" tras su paso por la cárcel. Así, Bermejo aclaró que la idea de este cambio es establecer una serie de "limitaciones" a la libertad de estos condenados una vez abandonen el centro penitenciario.

Respecto a la creación de la nueva sección en el Registro de Penados y Rebeldes para los pederastas, tal y como solicitó el Parlamento al Gobierno el pasado mes de junio, ambos miembros del Gobierno afirmaron que será una "herramienta útil" para el control de estos criminales y evitará que puedan desarrollar trabajos en áreas y entornos de menores. Sin embargo, los ministros quisieron apuntar que esta reforma no tiene carácter retroactivo por lo que tan solo se aplicará a nuevos casos una vez estas modificaciones entren en vigor, "nunca en casos pasados", apuntó Bermejo. Otra de las novedades es la imposibilidad de prescripción para algunos delitos de terrorismo. En concreto señaló aquellos "más graves" para que "no prescriban nunca". "Me refiero a aquellos que puedan afectar a la vida de una persona", sentenció.