El Consejo de Ministros tiene previsto aprobar mañana un decreto ley para paliar situaciones de emergencia y naturaleza catastrófica como las ocasionadas por las recientes tormentas.

La vicepresidenta del Gobierno , María Teresa Fernández de la Vega, anunció hoy este decreto al presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda.

Ambos mantuvieron una conversación telefónica cuando Barreda se dirigía desde Alcázar de San Juan a Campo de Criptana para comprobar los daños provocados en estos municipios por las lluvias de los últimos días, informaron a EFE fuentes de la presidencia de la Junta.

Además, el Gobierno de Castilla-La Mancha se reunirá mañana con carácter extraordinario y urgente para aprobar ayudas de emergencia a los damnificados por las tormentas de estos días, según anunció Barreda tras mantener una reunión con las autoridades de Alcázar de San Juan y a la que también acudió el delegado del Gobierno, Máximo Díaz-Cano.

El presidente de Castilla-La Mancha destacó y agradeció el "comportamiento cívico del conjunto de la población que ha demostrado una gran madurez y serenidad y han estado colaborando con el Ayuntamiento, con los servicios de Protección Civil y con la Guardia Civil para que todo se haya hecho con relativa agilidad, y contando con la ayuda y colaboración de todos".

En Alcázar de San Juan, donde los accesos están muy complicados, el presidente regional visitó a las personas alojadas en el centro cívico de la plaza de España antes de desplazarse a otras localidades afectadas como Campo de Criptana, Herencia y de nuevo a Villarrubia de los Ojos.

La situación en Alcázar la califican las autoridades como "estable", ya que la riada se mantiene porque sigue lloviendo y la parte baja del municipio sigue recogiendo las aguas procedentes del propio municipio y de Campo de Criptana, donde la tormenta también ha causado destrozos.

En Alcázar de San Juan son ya unas quinientas las personas evacuadas de sus casas y trasladadas al Centro Cívico de la localidad, al colegio Jesús Ruiz y al pabellón del Parque, aunque algunos han preferido irse con familiares.

De momento, el dique natural que forma la vía del tren y que retiene un millón de metros cúbicos de agua está aguantando, aunque de seguir lloviendo podría desbordarse y llegar al pueblo, donde la altura de la misma ha alcanzado más de metro y medio y donde se han recogido en menos de veinticuatro horas más litros que durante todo un año.