El Gobierno ha dado el visto bueno a la apertura de las delegaciones catalanas en Argentina, México y Túnez porque no tiene «ninguna objeción» al nuevo texto de los decretos de creación presentados por la Generalitat el pasado martes. La decisión, que llega después de una conversación entre los ejecutivos, supone un cambio de paradigma con respecto al enfrentamiento que mantenían ambas administraciones.

Los decretos, aprobados con Margarita Robles como responsable del Ministerio de Asuntos Exteriores en funciones habían sido impugnados el pasado julio por el equipo liderado por el entonces ministro Borrell.

De hecho, la apertura de estas tres embajadas de la Generalitat en el exterior había sido suspendida por el TSJC el pasado noviembre a petición del Gobierno, que impugnó los decretos por considerar que su objetivo auténtico era promover las tesis del independentismo catalán. La Generalitat optó por redactar de nuevo los decretos, incorporando las sugerencias realizadas por Exteriores para garantizar que dichas oficinas no suponían unas «interferencias en la política exterior del Estado».