El PP acentuó ayer la presión sobre el eslabón más débil de los apoyos al juez Baltasar Garzón: el rector de la Universidad Complutense, Carlos Berzosa. El vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, advirtió de que "su incapacidad" y el uso que hizo de las instalaciones en el acto de apoyo al juez "no le hacen merecedor" del cargo y le "inhabilitan" para seguir ejerciendo de rector.

González añadió que era "gravísimo" que hubiera utilizado "recursos públicos" (dinero de los presupuestos de la comunidad autónoma) para "poner en cuestión la legitimidad del Tribunal Supremo". El expresidente José María Aznar se sumó a las críticas y le instó a "dedicar más tiempo a elevar el nivel de enseñanza".

Los alcaldes del PP también pidieron la dimisión del socialista Pedro Castro, presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), por el acto en defensa de Garzón.

Desde el PSOE no se va a dar ni un paso atrás en la defensa de Garzón. La prueba es que los socialistas vascos registraron una iniciativa parlamentaria "ante la campaña de acoso a la que está siendo sometido por grupos de la ultraderecha". El gesto quedará casi seguro solo en eso: un gesto, dado que el PP vasco anunció de inmediato que no apoyará "iniciativas insensatas sobre Garzón".