El robo de material informático perpetrado el lunes en el sureste de Francia por supuestos miembros de ETA ha dado otro argumento al Gobierno para desconfiar de la banda y de su supuesta intención de emitir un comunicado en el que anuncie el abandono de la violencia. "No vamos a cambiar de política antiterrorista" pese a "esos rumores", aseguró el jueves el vicepresidente y titular de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, tras el Consejo de Ministros. De esta forma, el número dos del Ejecutivo asumía como propias las palabras pronunciadas horas antes por el consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, quien lamentó que la acción de los etarras y la extorsión que siguen sufriendo los empresarios vascos "confirman que ETA todavía no ha tomado la decisión de dejar definitivamente la actividad terrorista".

Rubalcaba tuvo que volver a contestar el jueves a varias preguntas sobre el hipotético e inminente comunicado de la banda, unas cuestiones que se toparon siempre con su negativa a comentar "rumores". Más locuaz, Ares apuntó en los pasillos del Parlamento vasco que nadie roba coches y tarjetas y extorsiona a empresarios "si está pensando en abandonar definitivamente la actividad terrorista". "Todo apunta a que responde a lo que ETA ya había anunciado: que no iba a cometer actos ofensivos, pero que se reservaba la posibilidad de hacer otras actividades, y eso están haciendo", añadió el responsable de la lucha antiterrorista en Euskadi.

FALTA DE FE EN EUSKADI Según los datos del Euskobarómetro que elabora la Universidad del País Vasco bajo la batuta del profesor de historia Francisco Llera, más de la mitad de los vascos (el 58%) no acaban de creerse que los etarras vayan a poner fin a la violencia. Y también desconfían (el 53%) de que los aberzales adopte ahora las reglas democráticas.