El Gobierno español decidió ayer desdramatizar las pullas lanzadas por Condoleezza Rice sobre Cuba en vísperas de su primera visita a España. Mejor no tensar la cuerda 48 horas antes de su llegada a Madrid. No sería la primera vez que la secretaria de Estado de EEUU anulara el viaje. Ya lo ha hecho en otras tres ocasiones los últimos meses, siempre por "motivos de agenda".

Por la mañana, el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Bernardino León, y por la tarde el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quitaron hierro a las palabras de Rice en las que criticaba el diálogo de España con Cuba y que Miguel Angel Moratinos no se hubiera reunido con la disidencia en su viaje a la isla en abril. Además, mostraba su extrañeza porque España, "con un pasado autoritario", no entienda que "los cubanos merecen lo mismo".

"HABLAR ES MUY BUENO" "Los países y los gobiernos --dijo Zapatero-- no tienen que tener miradas iguales en todo porque hay vínculos históricos distintos y aproximaciones muy diferentes a lo que debe ser el futuro". "Vamos a tener la oportunidad de hablar, y eso es muy bueno. También hablaremos de Cuba", declaró el presidente, quien consideró "comprensible y normal" los diferentes puntos de vista en la política exterior hacia la isla. "Seguro que, cuando lo hablemos, las posiciones estarán mucho más cercanas", remachó.

LOS DISIDENTES León llegó a decir que las palabras de Rice van "básicamente en la misma línea" de la posición del Gobierno español y que no ve "ninguna discrepancia". El secretario de Estado aseguró que ningún Ejecutivo ha prestado tanta atención a la disidencia como el actual y que siempre ha estado dispuesto a hablar "con todos aquellos que tienen algo que decir respecto a un avance hacia la democratización de Cuba, no solo con una de las partes".

Rice llegará mañana a Madrid, después de un pequeño tour europeo que la llevó ayer a Potsdam (Alemania) a una reunión del G-8 y hoy a Viena (Austria), para participar en una conferencia sobre Oriente Próximo.

La secretaria de Estado de EEUU tendrá una agenda muy apretada en la capital española, donde apenas estará ocho horas. En ese espacio de tiempo, almorzará con Moratinos, será recibida en audiencia por el rey Juan Carlos, se reunirá con Zapatero y se verá con Mariano Rajoy.