El Gobierno de José María Aznar dio ayer marcha atrás ante el Consejo de Seguridad de la ONU, al que empujó el jueves a condenar a ETA como autora del 11-M, apenas nueve horas después de los atentados, al informarle de que "nuevos elementos" sobre los que se han abierto otras líneas de investigación "apuntan a la intervención en los atentados de ciudadanos de otros países".

"Nos precipitamos", reconoció una fuente de la misión de España ante la ONU, refiriéndose a la resolución 1530 de condena a ETA. La carta enviada por el embajador de España ante Naciones Unidas, Inocencio Arias, a su homólogo francés, Jean-Marc de la Sabli¨re, no menciona a Al Qaeda y justifica las presiones ejercidas sobre el Consejo por el Gobierno de Aznar para condenar a ETA en "el firme convencimiento" de que la banda etarra "estaba detrás de los atentados".

Arias aseguró además en su carta que España informará al Consejo del resultado de las investigaciones pero no solicitó acción alguna para enmendar la resolución 1530, algo que sentaría un precedente, pues sería la primera vez que el Consejo de Seguridad se vería en la tesitura de tener que enmendar una de sus resoluciones.

PATENTE MALESTAR En la misión española ante la ONU era patente ayer el malestar por la "pasada del Gobierno", al exigir al Consejo la condena de ETA tan "apresuradamente", según una fuente.

Al menos cinco países del Consejo --Argelia, Pakistán, Brasil, Alemania y Rusia--, no ocultaron este fin de semana su furor por lo que se veía, cada vez más claramente, como un patinazo del órgano ejecutivo de la ONU. También hicieron circular su disposición a corregir la resolución 1530, en cuyo texto se "condena, en los términos más duros, los atentados de Madrid perpetrados por el grupo terrorista ETA".

La resolución se aprobó por unanimidad, tras apenas media hora de discusiones durante las cuales algunos países, como Rusia, Alemania y Pakistán, expresaron sus reservas sobre la condena de ETA. "Algunos de nosotros no estábamos contentos pero tuvimos que aceptarlo", dijo el embajador paquistaní, Munir Akram. "La menor resistencia provocaba un alboroto, pues España estaba muy sensible". Cuando alguien cuestionó la autoría de ETA, la embajadora adjunta española, Ana Menéndez, respondió: "¿Quiénes son ustedes para ponerlo en duda?", narró Akram. EEUU presionó para la aprobación del documento, pues Aznar se lo pidió telefónicamente al presidente George Bush. Es extremadamente raro que el Consejo mencione a un culpable en una resolución de forma tan inmediata tras un atentado, ya que ni siquiera mencionó a Al Qaeda en la resolución del 12 de septiembre del 2001, aprobada tras el 11-S.

A diferencia del Consejo de Seguridad, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, se abstuvo de condenar a la organización etarra en sus manifestaciones de condolencia y rechazo a los atentados de Madrid.

Por su parte, Estados Unidos reconoció por fin ayer que Al Qaeda estuvo involucrada en el 11-M. No obstante, este reconocimiento se hizo a través de un funcionario de segunda fila, el subsecretario de Seguridad Nacional, Asa Hutchinson, quien se declaró "convencido de que hay vínculos entre Al Qaeda" y los autores del 11-M.