Un equipo del Ministerio del Interior entrará en los próximos días en el penal de Guantánamo (Cuba) para interrogar a los reclusos que acogerá España, según informaron fuentes diplomáticas. El Gobierno todavía no ha aclarado cuántos reos aceptará para colaborar en el cierre de la cárcel, una promesa del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aunque fuentes de la Moncloa aseguran que el número "rondará los tres".

El grupo de policías enviado por el Ejecutivo tiene la misión de contrastar la información de la Administración estadounidense sobre los afectados --sin condena pendiente-- y preguntarles: "¿Quiere ir a vivir a España?". El ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, ha dicho en varias ocasiones que esa es una condición indispensable para acoger a los reos, y ahora, en la visita a Guantánamo, los funcionarios "cumplirán ese trámite", afirman fuentes diplomáticas.

OTROS PAISES EUROPEOS El ministerio que dirige Alfredo Pérez Rubalcaba lleva meses trabajando en el dispositivo que se pondrá en marcha para dar seguridad a las comunidades en las que vayan a vivir los reos, que en la mayoría de los casos no pueden volver a sus países de origen por temor a sufrir represalias.

Ya hay varios miembros de la Unión Europea (Francia, Suecia, Bélgica, Irlanda y Portugal) que han recibido a encarcelados en Guantánamo como gesto de buena voluntad hacia la Casa Blanca, cuyo inquilino se ha marcado como hito acabar con el símbolo de la "guerra contra el terror" de George Bush antes de enero del próximo año.

Pero el ambicioso proyecto de Obama está encontrando obstáculos económicos y legales. Hasta la semana pasada, el líder demócrata no consiguió que la Cámara de Representantes y el Senado permitieran que los presos puedan ser juzgados en su país. Eso sí, no podrán viajar a EEUU si van a ser puestos en libertad. En el penal de la isla caribeña todavía siguen más de 200 personas encarceladas y solo una cincuentena pueden ser transferidas a terceros países por no pesar penas sobre ellas.

CONDICIONES ESPAÑOLAS En el largo proceso que el Ejecutivo español inició el invierno pasado con su decisión de colaborar con Obama en esta empresa, "para arrimar el hombro y enmendar semejante error", el Gobierno ha descartado al menos cuatro expedientes de reos. Una de las exigencias ha sido que los reclusos no fueran originarios de países con los que España tiene buenas relaciones diplomáticas.