Desde hace varios días, el Gobierno ha cambiado su relato frente al coronavirus. De primar las advertencias sobre la "dureza" de las consecuencias de la pandemia (sociales, económicas y sobre todo sanitarias, con más de 500 muertos al día), la Moncloa ha pasado a subrayar que España va "en la buena dirección" y que pronto las severas medidas de confinamiento, que han llevado a paralizar toda la industria no considerada esencial, serán menos estrictas. Pero el Ejecutivo evita a toda costa en qué medidas de relajación de la alarma está pensando: si los niños podrán volver a pasear por la calle, por ejemplo, o si se autorizará la práctica de ejercicio fuera de cosa, o si se recomendará el uso generalizado de mascarillas.

"No queremos especular", ha repetido varias veces, tras el Consejo de Ministros, la portavoz y titular de Hacienda, María Jesús Montero. La reunión en la Moncloa ha servido para solicitar al Congreso la prórroga del estado de alarma hasta el próximo 26 de abril, una decisión que será validada por el Congreso, con el apoyo de la mayoría de los grupos políticos, este jueves.

El pleno de ese día, pese a que Pedro Sánchez vaya a conseguir el visto bueno a la extensión del confinamiento, se anticipa bastante áspero. La derecha lleva semanas criticando sin pausa al Gobierno, por su presunta tardanza a la hora de tomar decisiones y la falta de diálogo, y los aliados tradicionales de la coalición entre el PSOE y Podemos, como ERC y el PNV, se han ido alejando.

Mientras tanto, el Ejecutivo continúa transmitiendo la necesidad de unos nuevos pactos de la Moncloa, en la estela de los firmados por los partidos democráticos en 1977 para impulsar la transición y la economía, para cuando acabe la pandemia. "Queremos abrir un horizonte de colaboración con todos los grupos políticos, organizaciones empresariales y sindicales, administraciones territoriales. Lo hacemos con humildad y generosidad. España pasa por momentos excepcionales. También lo fue hace cuatro décadas, cuando todas las fuerzas democráticas tuvieron que unirse para alumbrar el país en el que nos hemos convertido", ha dicho Montero.

Hoteles para asintomáticos

La portavoz ha dado largas a todas las preguntas sobre qué pasará a corto plazo. Si el confinamiento en hoteles de los positivos asintomáticos será voluntario o forzoso. Si habrá un aprobado general a todos los alumnos ante la dificultad de retomar el curso. Qué criterios se utilizarán para seleccionar a la población a la que se les practicará los test rápidos sobre el coronavirus.

"El Gobierno está abordando distintos escenarios en el fenómeno de la desescalada. Los iremos transmitiendo. No queremos desarrollar ningún tipo de especulación. En la medida que la evidencia científica nos dé ese tipo de decisiones las iremos transmitiendo", ha dicho la también ministra de Hacienda, que es médica de profesión. "En crisis sanitarias no es buena la especulación", ha concluido.