La predisposición de Mariano Fernández Bermejo, nuevo ministro de Justicia, fructifica. Accedió al cargo cuestionando la "legitimidad" de los actuales vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), cuyo mandato expiró en noviembre pero que siguen en sus cargos porque el PP se niega a pactar su renovación. Pero Fernández Bermejo ha pasado de las palabras a los hechos, y ya ha dado instrucciones para que, a través de una enmienda en la ley del Poder Judicial que tramita el Congreso, se fuerce una rápida renovación del CGPJ.

La voluntad del Gobierno es que, concluido su mandato de cinco años, el CGPJ no pueda nombrar jueces clave, como hace ahora con predilección por los candidatos conservadores. Una de las opciones es que el CGPJ tenga un órgano permanente que tramite los asuntos ordinarios, pero sin capacidad para cubrir vacantes.