El buque Audaz se encuentra desde primera hora de ayer fondeado frente a la isla italiana de Lampedusa donde desembarcaron los inmigrantes del Open Arms esperando recibir instrucciones por parte del Gobierno, que aguarda a su vez «acontecimientos» para darlas. El buque de la Armada partió de Cadiz con la misión de hacerse cargo de las personas rescatadas por el Open Arms y acompañar a este barco al puerto de Palma de Mallorca.

Pero esta misión inicial se topó, casi simultáneamente a su partida desde Rota, con la orden del fiscal de Agrigento (Sicilia) de desembarcar a los 83 inmigrantes que quedaban a bordo del Open Arms y retener la nave humanitaria en el marco de la investigación que ha abierto a instancias de la oenegé por un delito de secuestro de personas y por omisión y negativa a actos de oficio contra miembros de la Administración.

Pese a ello, el Gobierno decidió mantener la travesía del Audaz, que «se encuentra listo para recibir» a los 15 inmigrantes que corresponde a España acoger, según señalaron fuentes del buque.

Fuentes del Estado Mayor de la Defensa han precisado que aguardan que la Justicia italiana y la UE digan «cuándo y cómo proceder para la recogida de los inmigrantes» de acuerdo con el reparto fijado por la Comisión Europea, en el que también participan Alemania, Francia, Luxemburgo y Portugal.

De ahí que Celaá no haya podido aclarar cuánto tiempo permanecerá en aguas italianas, ya que dependerá de la «finalización de los trámites a que haya lugar», que son «de todo tipo: sanitarios, jurídicos...».

También ha defendido que la misión está amparada por la Ley de Defensa Nacional, ya que permite a la Armada asistir a las autoridades civiles «en casos de emergencia» como este.

De hecho, el Audaz, con 93,90 metros de eslora, cubierta de vuelo y «una autonomía de víveres para 35 días», se encontraba realizando «una campaña de vigilancia y seguridad marítima en aguas del sur de la península bajo el Mando de Vigilancia y Seguridad Marítima» cuando fue elegido para acudir a Lampedusa.

Con todo, el Gobierno ha celebrado el fin de los «días de angustia» vividos en el Open Arms que, tras tres rescates y 163 personas auxiliadas, ha estado 19 días esperando un puerto donde atracar. Una situación de la que Celaá ha vuelto a culpar a la «gran discrepancia» con el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini.

Aunque de momento en aquel país la oenegé va teniendo a la Justicia de su parte, en España la Fiscalía de la Audiencia Nacional tiene que decidir si le abre una investigación por tráfico de seres humanos tras haber incoado diligencias en relación a la denuncia que Vox interpuso en su contra por este delito. De momento, la organización ha asegurado que subsanará las anomalías detectadas por la Guardia Costera italiana en su buque y que, según la oenegé, se limitan a los separadores agua-aceite y las embarcaciones de rescate; tras ello, volverá a zarpar para «proteger vidas en el mar».