El presidente del Gobierno lo dijo el viernes, en su balance del semestre político: "ETA solo tiene un destino, y es dejar las armas a cambio de nada". Según fuentes de su entorno, aunque Zapatero siga defendiendo que su fallido proceso de paz sirvió para debilitar a los terroristas, ha "escarmentado" tras la ruptura. El jefe del Ejecutivo ha tomado conciencia de que, además de mantener la presión policial, debe dejar sin aire a la izquierda aberzale, que da muestras de querer distanciarse del terror pero que, por el momento, no lo hace.

En esta situación, Zapatero ha dado dos directrices a su Gabinete: endurecer, con el acuerdo del PP, la ley electoral para que ni Batasuna ni sus herederos puedan colarse en las próximas elecciones municipales y, además, no involucrarse en el nuevo proceso que impulsó el exportavoz batasuno Arnaldo Otegi (ahora encarcelado) para, con ayuda de otras organizaciones, poner en marcha un plan soberanista que termine con la violencia y al que, hace unos meses, invitó a sumarse a la banda.

SIN RESPUESTA ETA todavía no ha respondido con claridad a esa propuesta. Y eso que apareció en escena el pasado fin de semana: tres encapuchados participaron en un homenaje al etarra Jon Anza en Ziburu (sur de Francia) y anunciaron que estaban "a las puertas de un cambio en Euskal Herria". Pero, por el momento, se desconoce si la frase responde al manual de retórica etarra o si, esta vez, presagia cambios.

El caso es que esa falta de concreción defraudó al mundo aberzale que, según parece, espera con ansiedad que ETA se sume a sus propósitos y conceda una tregua con la que intentar presionar al Gobierno socialista. Pero esa decepción no ha frenado a Batasuna, que ya ha propiciado acercamientos con fuerzas polí- ticas como Eusko Alkartasuna y Aralar, que se dispone a reunirse en breve con el PNV y que cuenta con el respaldo del mediador surafricano Brian Currin, experto en resolución de conflictos.

"Este verano no es un verano más. La situación política que atraviesa el país requiere aportaciones específicas que deben comenzar a fraguarse antes de otoño", sostuvo Txelui Moreno, representante de la izquierda aberzale, el viernes. O sea, que se amplía el plazo dado a la organización terrorista para que vaya reflexionando sobre su futuro mientras Batasuna avanza, según su propio lenguaje, hacia la "acumulación de fuerzas".

AZUZAR LAS DIFERENCIAS No obstante, el Ejecutivo mantiene la determinación de seguir al margen de cualquier debate del movimiento aberzale. Además, en el Gobierno saben que solo así mantendrán el apoyo del PP en política antiterrorista. La alianza PSOE-PP ha sido clave para hacer posible una reforma legal que no deja ningún resquicio para el apoyo político de la banda desde las instituciones y, al mismo tiempo, "empuja" a Batasuna para que rompa definitivamente con ETA.

La estrategia --que una de las fuentes consultadas resume con la frase "que se peleen entre ellos; nosotros, al margen"-- permite a Zapatero mirar con cierta distancia el proceso.